¿Qué nos depara el bicho?

Rubén Arceo
rubenarceop@hotmail.com
El retorno a la actividad llamada normalidad, tendrá de todo, pero ya nada será igual.
Varios cientos de miles de desempleados , quienes tendrán muchísimos problemas para poder llevar alimentos a las familias.
¿Qué nos espera?.
Hoy estamos viviendo en la peor economía de muchos sexenios.
No sólo no crecemos, sino que decrecemos .

La pandemia , no sé si realmente es el anillo, que llegó al dedo que nos dirá que cada día seremos más pobres, pero más felices.
Ahora se llamarán municipios de la ESPERANZA , aquellos que podrán iniciar el retorno de sus actividades.
Eso suena como un chistecito político y de mal gusto.
Estamos en el peor momento económico de este país.

Sólo falta que nos digan que como somos felices, todos debemos de cantar ese de GALLITO FELIZ, FELIZ, FELIZ.
Gran parte de la población está preocupada, ya que esto de la pandemia , no pasará ni podrá ser controlada, por lo menos en uno o tal vez dos años.
Eso de las cifras que maneja Gatell, no son creíbles.

Hoy en día, no a todos los que mueren presumiblemente por neumonía atípica, se le practica la autopsia.
Las medidas dictadas, u ordenadas por los gobiernos , en varios estados , no se han respetado a cabalidad.
¿Por qué no la respeta la población?
¿No le hacen caso a los ordenamientos oficiales?
¿Irresponsabilidad ciudadana o valemadrismo?
¿Hace falta más rigidez oficial?

Me parece que como decimos , entre la chanza y la risa, se ha aburrido a la población y las llamadas “mañaneras” , han dejado de tener la seriedad que se esperaba.
No va a entender nunca el gobierno federal, que su gran error, es carecer de una autentica estrategia, un programa y un plan de comunicación social.

La comunicación, social no se da por ocurrencias .
Estar todos los días , con el mismo estribillo, que si los neoliberales, los neoporfiristas , los conservadores, los enemigos, etc, en verdad es algo que ya no tiene el efecto de comunicar, de parte del gobierno hacia la población .

Como distractor, tampoco funciona ya.
No es posible que diario, se usen esos espacios, para las confrontaciones.
México y los mexicanos no estamos para eso.

El bicho chino, vino agravar más la actual situación económica de varios países, y México no es la excepción .
De ahí que es necesario la seriedad en los planteamientos de lo propone el gobierno federal .

Con eso de que ahora en México el crecimiento económico, no es tan importante y que es mejor medir la felicidad.
¿México dará al mundo el FELIZÓMETRO .?

Con el FELIZÓMETRO , ya se podrá medir la felicidad del ser humano.
Tendremos cientos de miles que podrán presumir de su felicidad, por perder su trabajo, por ser despedidos o bien por la quiebra de la empresa o el negocio en donde trabajaban.

Otros más, por a ver quebrado su pequeña o mediana empresa, por tanto tiempo cerrada , pero muy felices.
O por qué no, habrá facilidad de oreja a oreja, por la muerte de algún familiar.
Y muchos otros felices , que sacarán a sus hijos de colegios particulares, por no poder pagar, ya que no tienen trabajo o murió el sostén de la casa.

Algunos ya no tendrán ni para lo más indispensables y me refiero a los mínimos del bienestar para subsistir.
Será un retorno, en un país, en donde ahora ya se nos pide que no seamos ambiciosos, con una pantalón, un par de zapatos, una playera y una trusa es suficiente .

Así que hay que empezar a cambiar esa mentalidad, en donde todos aspiraban a tener varias ropas y varios pares de zapatos, ahora ya se les dijo, que eso no es bueno
Tenemos que vestir si es posible el mismo tipo de ropa, como en China en los tiempos de MAO.

Y que mejor que tener como ejemplo de la medicina , al Ché Guevara, cuyo conocimiento de la medicina, hoy es el mejor legado para poder vencer al bicho chino llamado coronavirus.
Si o es suficiente, está el otro legado de medicina, del Dr Salvador Allende.

Con ello ahora los futuros doctores, debe de cambiar su formación profesional , para poder tener esa mística médica y cada semestre , puedan egresar de las universidad mexicanas, miles de CHES.
Pero no debemos de perder la fe y menos la felicidad , en el país de la esperanza