Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo
Horas después de extinguirse el ruidajal electoral, la rutina y el calorón no se olvidaron de Villahermosa.
El juevebes estuvo preñado por el tráfico casi al amanecer. La movilidad de un día hábil apareció junto con pegado a la temperatura al alza como signo del cambio climático aún sin ciudadanos dispuestos a abandonar ese tal consumismo cuyo efecto asfixia a la humanidad. Nada nuevo apareció tras el silencio de los candidatos y partidos políticos y, en menor medida, de los medios de comunicación inteligentes.
A toda la indulgencia villahermosina, una imagen temprana recetó lo que en la cuna no se aprendió o la familia no educó: una joven señora, cubeta pequeña a la mano, acompañaba a un menor de escasos tres años cuando mucho, en la tarea de echarle agua, con un potecito, no de peltre, de plástico, a una planta en un jardín público ubicado en esos fraccionamientos que se levantan con muros en la periferia de la ciudad; a la orilla de la ribera de los ríos o tras la deforestación de la selva sobreviviente a la modernidad. ¡Qué chulada!
Muy temprano, en el parque La Pólvora, pocos o nadie supo en que momento el escándalo mediático, con decibeles al alza desde el 1 de marzo, se disipó. Juan Carlos Castillejos, por ejemplo, vocero del Ejecutivo, celebró reanudar la rutina física luego de molestias musculares. Como él, hombres y mujeres, de todas las edades, si quiera recordaron la basura y los espectaculares todavía sin retirar anunciando la elección más grande de México para este domingo 2 de junio. A veces, no siempre, las pesadillas se olvidan.
A las manecillas del reloj, siguió la rutina: aunque nadie presumió cara de candidato, pero el parque vehicular se adueñó de callejones, calles, avenidas, paseos, calzadas… ; cargando con una población adormilada. Anormal, nada. Mercados, plazas comerciales, escuelas, universidades, hospitales, todo todo normal, incluyendo los centros de recreación o unidades deportivas como la principal de Villahermosa que, desde hace mucho, dejó de ser el pulmón de la capital para convertirse en la representación del tiempo: anillos con banquetas destruidas y basura acumulada al interior y exterior, que sólo provoca nostalgia de aquellos tiempos cuando se enseñoreaban árboles sobre la escasa pero útil y necesaria superficie de concreto.
Es el primero de tres días sin el escándalo de la propaganda electoral. Las primeras de 72 horas que la población ciudadana tendrá como descanso audiovisual para sumar, restar y cruzar la boleta electoral para elegir a quien sucederá al presidente Andrés Manuel López Obrador, así como al gobernador Carlos Manuel Merino Campos, además de los senadores y diputados federales de Tabasco, 17 alcaldes y 21 diputados locales.
Será el domingo 2 de junio. Una fecha para recordar por la irreductible elección de Claudia Sheinbaum Pardo como la primera mujer presidente de México en 200 años de república federada (1824). Y será con ley seca.
