Pues mientras en Villahermosa llovía como llueve en Tabasco aunque no sea octubre, a veces 29 diputados o hasta 32, otras, impusieron marca a la Legislatura 64: en tiempos de 11 y 8 minutos, consumaron la doble sesión previa a la celebración de la tradición dedicada a la muerte.
No se sabe si por honrar la tradición que, a juicio del intelecto, otorga identidad nacional, el pleno fue un verdadero altar de muerto: lo más destacado de las dos asambleas fue el punto destinado a la lectura de comunicados y correspondencia.
Y de no ser por las iniciativas de leyes de Ingreso remitidas por los ayuntamientos de Balancán, Cárdenas, Centla, Centro, Comalcalco, Cunduacán, Emiliano Zapata, Huimanguillo, Jalapa, Jalpa de Méndez, Jonuta, Nacajuca y Paraíso, que, en conjunto, se turnaron a la comisión Ordinaria de Hacienda y Finanzas, la jornada se hubiera despachado en menos tiempo.
Desde 2004 que la Junta de Coordinación Política (Jucopo) sustituyó a la Gran Comisión, no hay registro del desarrollo de sesiones ordinarias en tiempos como el registrado este martes en la primera asamblea que fue de 11 minutos y ocho, en la complementaria para cumplir con lo dispuesto en la Ley Orgánica y reglamento interno del Poder Legislativo.
Antes de que el diputado Carlos Mario Cano Ocampo, primer titular de la Jucopo, lidiara con los coordinadores parlamentarios del PRI o PAN, por ejemplo, para no hacer interminables las sesiones, ni la hegemonía priista impuso un récord como el registrado este 31 de octubre en el Congreso local. Cierto que eran soliloquios tricolores plenos de elogios al gobernante en turno, pero, ahora, ni eso apareció cuando las redes sociales no tienen descanso.
Que en la inauguración del Altar de Muertos instalado en el vestíbulo del «Congreso del estado», la diputada Isabel Yazmín Orueta Hernández externara la solidaridad de la Legislatura 64 con la población afectada por el huracán Otis en el estado de Guerrero, no deja de pasar como un cumplido humanitario que, al no ser expuesto ante el pleno, no será consignado en la bitácora y, por tanto, en el diario de debates. Y no será historia.
«La legisladora dio a conocer que como resultado de la aportación de los integrantes de la LXIV Legislatura y del personal del Congreso local, se donaron despensas y pañales al Centro de Acopio del DIF Tabasco, ayuda que será entregada a las familias afectadas en la mencionada entidad por dicho fenómeno meteorológico», cita el boletín de prensa 354 de la unidad de información. Pero…
La ausencia de la mayoría de los 35 legisladores en ese acto simbólico, adelantó lo que venía. En la ceremonia de la tradición y ante el altar, hasta se tomaron fotografía, estuvieron los diputados Jaime Humberto Lastra Bastar, Emilio Antonio Contreras Martínez de Escobar; así como los coordinadores de las fracciones parlamentarias: Héctor Peralta Grappin (PRD), Miguel Ángel Moheno Piñera (PVEM), Maritza Mallely Jiménez Pérez (PRI) y Fanny Kristell Vargas Vázquez (MC); así como la presidenta del Voluntariado del Congreso del Estado, Gabriela Armengol de Lastra.
Y como testigos del memorial dedicado a 15 trabajadores fallecidos, incluyendo a una decena de legisladores —Aquíles Magaña García, Alfonso Izquierdo, Amalín Yabur Elías, entre otros—, directores, directoras, líderes sindicales y el personal del Poder Legislativo.
Esto es no aparecieron los 29 o 32 diputados que respondieron al pase de lista o se incorporaron luego a las reuniones, para apreciar el altar de muerto que, según la oficina de prensa, fue «distribuido en siete niveles y conformado por flores en tonos naranja y morado, así como frutas, comida, dulces tradicionales, calaveras de azúcar, bebidas, fotografías, velas, veladoras e incienso, representando la vida, la muerte y honrando la memoria de las personas que ya fallecieron».
¿Y las flores de cempasúchil? Al boletinero se le olvidó consignar los floreros y ramilletes del emblemático cempasúchil.
Ah, pero si los cumplidos esperaban desalojar el inmueble tan luego a las 12:41 horas el presidente de la mesa directiva clausuró la segunda asamblea, pues no, no pudieron. Afuera llovía a cántaros y, pues, quedo tiempo para acariciar la dieta en curules.
Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo