Crónica. En domingo de resurrección
Del domingo de ramos al domingo de resurrección, transcurrieron ocho días. Un tiempo suficiente para confirmar la disminución de los valores de la religión católica en Tabasco en las personificadas aglomeraciones de vecinos en la calle y en lugares públicos no obstante la amenaza de una tercera revuelta del Covid19. Y coincide con el inicio […]
5 de abril de 2021

Del domingo de ramos al domingo de resurrección, transcurrieron ocho días. Un tiempo suficiente para confirmar la disminución de los valores de la religión católica en Tabasco en las personificadas aglomeraciones de vecinos en la calle y en lugares públicos no obstante la amenaza de una tercera revuelta del Covid19. Y coincide con el inicio de las campañas a diputados federales.

La edad es lo de menos. Por igual, valetudinarios, adultos jóvenes y jóvenes, hombres y mujeres, tercos como una mula, lejos de seguir la tradición cristiana católica, salieron de sus casas a pesar de la continuación de la emergencia sanitaria. El #Quedateentucasa no hace eco.

De nada sirve las ceremonias litúrgicas con restricciones si por los templos pasan persignándose incrédulos a la enfermedad que sigue en contagio y decesos aunque en menor medida a los registrados en el segundo semestre de 2020. De nada sirven las plegarias al cielo si la sana distancia o el cubrebocas no se usa.

Mientras elementos de seguridad y protección civil vigilan y persuaden a la incuria de dos patas a abstenerse de usar los lugares paradisíacos de la región aún en la temporada de playas, cientos, miles de personas atiborran el Centro Histórico de Villahermosa o los mercados públicos como el «José Ma Pino Suárez».

De domingo a domingo pero igual lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado, la afluencia de consumidores es como si en este mundo no pasara nada. Ni siquiera es necesario entrar a la plaza pública porque con mirar el cúmulo de gente por las calles que la circundan, basta y sobra. No sólo el comercio informal rompe el compromiso del ayuntamiento de Centro de librar la zona del ambulantaje, sino que conductores de automóviles particulares congestionan la zona al estacionarse en lugares prohibidos, y hasta en doble fila.

La calle ‘Hermanos Bastar Zozaya’ es la muestra del permanente viacrucis que se escenifica con o sin ‘semana santa’ por los alrededores del «José Ma Pino Suárez’: la complicidad de funcionarios del gobierno municipal y de agentes de tránsito —todo lo quieren hacer desde la comodidad de las patrullas climatizadas tan sólo con sonar el claxón—, permiten el renacimiento y la extensión del ambulantaje de polo a polo de la arteria. Desde Malecón ‘Carlos A. Madrazo’ hasta avenida ‘Francisco Javier Mina’, cruzando las calles ‘Constitución’, ‘Primavera’, ‘Francisco I. Madero’, ‘Venustiano Carranza’, ‘Juan Álvarez’ y ‘Eusebio Castillo’.

Es el martirio del peatón. Por un lado, la informalidad se adueña de las banquetas y el estacionamiento de vehículos en lugares prohibidos, de las calles, por otro. Así fue en el domingo de ramos, así fue en el de resurrección. Pero desde antes de esos ochos días, la costumbre se está haciendo ley con la complicidad de las autoridades correspondientes.

A medias, concluyó la semana de asueto. Y el último día del descanso de un sector de la población económicamente activa —particularmente, la burocracia—, coincidió con el inicio de las campañas de proselitismo electoral entre los candidatos a diputados federales. Esta no es tan atractiva como la que la local que arrancara hasta el 19 de abril, pero igual será atípica por la presencia de la pandemia.

Quierase o no, el ruido mediático es más por el proceso electoral que por los efectos del covid19. A pesar de ello, si se pregunta a cualquier ciudadano de los que deambulan como zombis por la zona remodelada acerca de la fecha de la elección, ni duda cabe que no habrá respuesta satisfactoria. Y lo mismo pudiera pasar en cuanto a la emergencia sanitaria: «No podemos vivir del miedo», dijo una señora, sonriente, mayor de 60 años, que camimaba por la calle ‘Juárez’ con la mascarilla en la mano.

Y así avanzan la primavera con días soleados o nublados, con noches de lluvia por el frente frío número 47, entre una sociedad distante de las recomendaciones sanitarias y también de una creencia católica que disminuye a pasos agigantados en Tabasco como lo registró el último censo de población y vivienda 2020 del INEGI.
Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo

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