Crónica de la gira. “No les voy a fallar”
Luis Enrique Martínez Rumbo Nuevo Fijó la mirada en el incandescente sol otoñal, y Andrés Manuel López Obrador se convirtió en asesor del gobernador electo Adán Augusto López Hernández. Curiosamente cubierto por una delgada sombra diagonal de una de las torres del equipo de sonido, el presidente electo de México se reencontró con sus paisanos. […]
15 de octubre de 2018

Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo
Fijó la mirada en el incandescente sol otoñal, y Andrés Manuel López Obrador se convirtió en asesor del gobernador electo Adán Augusto López Hernández.
Curiosamente cubierto por una delgada sombra diagonal de una de las torres del equipo de sonido, el presidente electo de México se reencontró con sus paisanos. Y en medio de un discurso de 32 minutos, pidió el apoyo del pueblo de Tabasco para «rescatar la industria petrolera» porque, afirmó, «urge» hacerlo ya.
«La nación les necesita», expresó ante, acaso, un tercio de la concentración del 27 de junio cuando cerró campaña electoral en la loma de las avenidas Méndez y Páges Llergo.
A unos metros del Palacio de Gobierno –aquel inmueble por el que entraba por la calle Independencia en sus años de representante del INI, y por el cual, años después, en abril de 1989, ingresara por la puerta principal para pedir la excarcelación de sus seguidores de la Villa Benito Juárez, Macuspana, tras una elección de delegados municipales, ante el gobernador Salvador José Neme Castillo; el mismo edificio de donde, por los alrededores, sus seguidores fueron desalojados violentamente el 19 de enero de 1995 por protestar en contra del fraude electoral que impuso como gobernador a Roberto Madrazo Pintado; y, asimismo, el edificio y lugares aledaños que recorrió en lancha en plena inundación de 2007–, López Obrador dirigió el mensaje de agradecimiento que realiza en todo el país luego de que los tribunales electorales confirmaron su triunfo en la elección presidencial de julio.
Petroleros y maestros fueron los primeros en llegar a la Plaza de Armas. Un espacio de 13 mil 339. 04 metros cuadrados que esta vez no fue ocupada en su totalidad a pesar que durante el acto, aparecieran grupos de vecinos sentados en las escaleras del paso peatonal «El Mirador». Desde las vallas metálicas que rodearon al Palacio de Gobierno, esta imagen recordó la huída ciudadana hacia la colonia Las Gaviotas ante el vandalismo de los madracistas.
Aún no sonaban las campanas a misa de la iglesia La Conchita, cuando empezaron a aparecer sombreros, gorras y sombrillas ante una atmósfera nublada pero con ambiente por demás caluroso. La humedad, el bochorno distinguiría el domingo al punto de provocar desmayos a personas de la tercera edad como el caso del ex presidente municipal de Centro, José Antonio Compañ Abreu. No fue el único caso que atendió la Cruz Roja.
Adelantada que fue la agenda, la mayoría sabía que antes de que el presidente electo se hiciera presente, tendría que desayunar con el gobernador Arturo Núñez Jiménez y con el mandatario electo López Hernández, entre otros. Luego, presidiría la reunión de trabajo con ellos y demás autoridades públicas y de representación popular (senadores, diputados federales y locales; alcaldes y regidores…). Y, en seguida, participar en una conferencia de prensa. No obstante, llegó temprano…
En el previo, aparecieron diversas escaramusas: «Fuera los priistas», se escuchó un coro cuando empezaron a ingresar al área B, tal como fue diseñada la logística en la explanada de Palacio de Gobierno, viejos conocidos por la ciudadanía; «Fuera Pilar», sin embargo, fue la demanda que más se escuchó en contra del cacique petrolero que se quiere reelegir como secretario general de la Sección 44, luego de ser un gris diputado local y federal del PRI. Y la que más vida cobró cuando el presidente electo se refirió a la democratización de la vida de los sindicatos de trabajadores del país fue el «Fuera Deschamps…»
A pesar de los efectos climáticos, la concurrencia aguantó. Y López Obrador no les falló: en cada una de sus expresiones coloquiales («Se va acabar la mal llamada reforma educativa»; «Se acabó el charrismo sindical»; los que así lo persistan, «se van a ir por un tubo…»; «la democracia como forma de vida…»), juntó lo viejo con lo nuevo. Y la muchedumbre, sacó fuerzas de la nada y soportó el inclemente, el infernal ambiente…
La voz del presidente seguía escuchándose con soltura, muy tabasqueña cuando recordó sus compromisos de campaña y anunció nuevos compromisos con el pueblo de su «tierra y su agua…».
Entonces fue cuando levantó la cara y fijó la mirada al radiante sol: «Estoy feliz porque (Tabasco) tiene un gobernador electo de primera…», a unos metros a su derecha, estaba Adán Augusto López Hernández. Y detrás de ambos, la clase gobernante en ciernes.
Volvía López Obrador a recordar las obras para rescatar Tabasco a partir del 1 de diciembre, en particular la construcción de la refinería de Dos Bocas, cuando incluyó en esa narrativa las visitas mensuales que realizará cada mes para supervisar la construcción de la refinería de Dos Bocas, así como la exploración y extracción de crudo en tierra y aguas someras de la costa tabasqueña, y, de paso, confirmando lo que luego de la reunión con el gobernador Núñez Jiménez y otras autoridades había comentado, afirmó:
«¡Voy a ser su asesor (del gobernador López Hernández)…»
En seguida, todo el comercio restaurantero del Centro Histórico de Villahermosa, revivió…

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