Sacaremos adelante a Tabasco
Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo
Entre vallas metálicas, con un gran despliegue de seguridad, igual o menor al número de reporteros, fotógrafos, camarógrafos; con más banderolas del PAN que del PRI o del PRD —mejor dicho, no hubo una sola de estos partidos, sólo colores representados en las prendas de sus candidatos— y en medio del bochorno del mediodía, Xóchitl Gálvez inició con un mitin en el Parque Juárez su campaña presidencial en Tabasco que concluiría, por la tarde, en la cabecera municipal de Cárdenas.
Al pie de la estatua al Benemérito de las Américas, a quien al término de su alocución rendiría homenaje, la candidata presidencial de la coalición Fuerza y corazón por México, no guardó ningún cuestionamiento al presidente Andrés Manuel López Obrador y ofreció más de una decena de propuestas para provocar el entusiasmo de los presentes, procedentes de diversos estratos sociales que.
Tres de ellas destacaron: establecer en 60 años el acceso al apoyo económico a las personas de la tercera edad; fijar el programa «Sí—sí» para los jóvenes que «sí trabajan y que sí estudian» —aclaró—, y, ofrecer trabajo a obreros de la región en la refinería Olmeca.
«Aquí somos ganaderos», gritó una mujer, y, entonces, la abanderada del PAN—PRI—PRD, giró hacia su derecha en el templete y ofreció: «…también, vamos a diversificar las fuentes de empleo para que Tabasco no sólo viva de la explotación petrolera…»
Juan Manuel Fócil Pérez, candidato a gobernador del PRD, caminaba entre las vallas saludando a seguidores; detrás del templete, Antonio Gular Solórzano y Leda Ferrer, candidatos del PRI —la prenda roja los identificaba—, sudorosos, escuchaban el discurso de la candidata, quien fue la única oradora del evento donde estuvo Lorena Beaurregard de los Santos, la abanderada del PAN a la elección de gobernador del 2 de junio.
Uno de Los Chuchos, Jesús Zambrano, era otro del equipo Xingon que impedía el acercamiento de ciudadanos a la abanderada del huipil de rosa pálido, al igual que las zapatillas de tacón alto. Esa actitud cambió hasta que Xóchitl Gálvez concluyó su intervención y decidió ajustar tiempo —eran la una y media y la convocatoria para Cárdenas no pasaba de las 4 de la tarde— caminando por las vallas metálicas; saludando de mano, besos a hombres y mujeres, incluso ella misma, con los teléfonos celulares de sus seguidores, tomando selfies. «Así o con más gente».
