Critica de nueva cuenta a Israel
Considera que esa nación es una potencia atómica fuera de control, Grass se definió como «un amigo de Israel», lo que implica «el derecho y hasta la obligación a la crítica» México, DF Agencias El escritor Günter Grass salpicó ayer con nuevas críticas a Israel, país al que calificó de «potencia atómica sin control», los […]
15 de octubre de 2012

Considera que esa nación es una potencia atómica fuera de control, Grass se definió como «un amigo de Israel», lo que implica «el derecho y hasta la obligación a la crítica»

México, DF
Agencias
El escritor Günter Grass salpicó ayer con nuevas críticas a Israel, país al que calificó de «potencia atómica sin control», los agasajos preparados con ocasión del 85 cumpleaños del Premio Nobel de Literatura de 1999, el más relevante autor vivo en lengua alemana.
«Israel es una potencia atómica fuera de todo control. Todas las resoluciones en su contra por parte de la ONU fueron ignoradas», sostuvo el poeta y autor de «El tambor de hojalata», en declaraciones hoy a un programa cultural de la radio pública NDR.
Israel «es una potencia ocupante que practica desde hace años el robo de tierras y la expulsión de aquellos a quienes considera ciudadanos de segunda clase», prosiguió Grass, para quien el país «ha evolucionado para mal» y afirmar que vive «momentos de racismo».
Por encima de esas críticas, Grass se definió como «un amigo de Israel», lo que implica «el derecho y hasta la obligación a la crítica», puesto que, según argumentó a la citada emisora, «negarse a ello es, para mí, una nueva forma de antisemitismo».
Grass reincidió así en los ataques a Israel contenidos en el poema publicado el pasado abril bajo el título «Was gesagt werden muss» («Lo que hay que decir»), en que arremetía contra un posible «ataque preventivo» contra Irán y acusaba a Israel de poner en peligro la frágil paz mundial.
Entre las cuestiones que, a su juicio, había «que decir», y que él mismo se había «prohibido nombrar» hasta entonces, estaba la condena al supuesto «derecho a un ataque preventivo que podría exterminar al pueblo iraní».
El texto fue publicado simultáneamente en varios grandes medios europeos, causó estupor en Alemania -país donde, por razones históricas, se observa máxima cautela ante toda crítica a ese país- y le valió la consideración de «persona non grata» en Israel.
El poema alimentaba «las llamas del odio contra Israel, apuntó entonces el ministro del Interior, Eli Yishai, quien recordó que Grass vistió el uniforme de las SS en el nazismo -en alusión a la confesión tardía, de 2006, del propio escritor de haber servido en las Waffen-SS a los 17 años.
Grass no se retractó de esa poema, aunque sí matizó que las críticas no se dirigían al Estado de Israel, sino del » actual gobierno de la potencia atómica de Israel».

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