Juan José Hernández Hernández
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En los primeros días del mes de julio, el gobernador Arturo Núñez Jiménez al entregar el Premio Estatal de Ingeniería 2014, dio la noticia que refleja perspectivas poco halagador al régimen de la alternancia. Es la parálisis financiera, cuyas consecuencias impactan en la población tabasqueña. Dijo que su gobierno sólo tiene presupuesto para pagar la nómina de los trabajadores al servicio del aparato administrativo oficial, hecho que influye en las arcas financieras de los 17 municipios del Estado de Tabasco.

Este hecho dramático que deja mal parado al gobierno local y retrae el concepto de “cambio”, impide llevar a cabo obras de carácter social en la Entidad. Ahí mismo Núñez Jiménez insistió que el desfase en las aportaciones por extracción de crudo ha sido una pérdida brutal para la administración, al grado que se ha dejado de percibir entre 6 mil a 9 mil millones de pesos. En esa misma reunión con los ingenieros, el mandatario local dijo que se entrevistaría con el Enrique Peña Nieto. Y así lo hizo. A su regreso a Tabasco, el gobernador explicó ante medios informativos, haberle entregado al presidente un informe detallado de la crisis financiero del Estado, quién acordó arreglar el problema con el secretario de Hacienda, Luis Videgaray.

Hasta el momento no se sabe si el presidente Enrique Peña Nieto, a través de Luis Videgaray, ha intercedido a la petición de Arturo Núñez Jiménez. Por el contrario, los problemas sociales se hacen más complejo día tras día. Existen unas explicaciones técnicas que explican las mermas del presupuesto público estatal. Esos datos están bien, pero la población es poco perceptible a los números, pues lo que la sociedad requiere son resultados que lo impulsen al desarrollo individual y colectivo. Y esto no se está haciendo, por las razones ya explicadas.

Lo cierto es que Tabasco, es decir la población, está padeciendo los estragos políticos que jerarca de Los Pinos. Los informes confidenciales que pueda tener en su escritorio Enrique Peña Nieto sobre las inconformidades populares en Tabasco, tienen en realidad causas que se viene arrastrando desde gobierno pasados. Basta analizar los regímenes de Roberto Madrazo Pintado hasta con de Andrés Granier Melo. Todos estos hicieron poco o casi nada, para el establecimiento de proyectos de impacto a los sectores productivos del campo y de la ciudad. No establecieron políticas de desarrollo en beneficio de los campesinos e indígenas de la zona de la Chontalpa; por el contrario Pemex y empresas petroleras extranjeras, han flagelado con total impunidad el modo de vida de los pobladores comunitarios.

La industria de la reclamación proviene desde los  años setenta y ochenta al tener como líder campesino a Eulogio Méndez con su organización denominado “Pacto Ribereño”, (reprimido por el gobierno de Enrique González Pedrero, donde Humberto Domingo Mayans Canabal era secretario de SCAOP, hoy flamante coordinador del Programa Frontera Sur) después lo secundó Andrés Manuel López Obrador. En la industria de la reclamación sólo se beneficiaron los líderes, y no los afectados por las contaminaciones de Pemex (pregúnteles al chontal “poeta” Auldárico y Darwin González Ballina). La política de Pemex era dar dinero a la mano a los “líderes” para mantenerlos callados y cooptados, a la vez, incluyendo a los alcaldes y gobernadores, quienes no rendían cuentas de los ingresos petroleros. A grandes rasgos esto era la relación perversa entre Pemex y gobierno local.

Ahora al gobernador Arturo Núñez Jiménez le toca encabezar un régimen distinto al que existía, pero un régimen con esos antecedentes, y hoy en plena quiebra financiera, sin visos de mejorar de manera inmediata, sino a largo plazo. Llegó a la gubernatura por la franquicia del PRD, sobre todo. Pero el panorama se hace más complejo, porque AMLO se distancia del PRD y crea su partido: Morena. AMLO presiona a Arturo Núñez para exigir al gobierno Peña Nieto mejor trato financiero; y Peña Nieto, por sus diferencias con AMLO, castiga al gobierno de la alternancia. Así de simple.

Y no conforme a ello, Peña Nieto le mete una cuña: Humberto Domingo Mayans, ex perredista, dándole la coordinación de Programa Sur (en atención a los intereses de la presidencia norteamericana de Barak Obama para evitar el flujo de inmigrante hacia aquella nación donde negros y latinos son discriminados). Humberto Domingo como ex Secretario de Gobierno del fallido régimen de Andrés Granier, debe tener información de cómo operan las bandas criminales en la región sur del país; y de Tabasco de manera específica.

En síntesis: Pemex y el gobierno federal endurecen sus posturas, sin importar las graves carencias sociales que imperan en los diversos sectores económicos (no así a las franquicias comerciales trasnacionales) de la sociedad tabasqueña. El gobierno de Arturo Núñez necesita por lo menos 5 mil millones de pesos para medio paliar la crisis financiero por la que atraviesa el gobierno de la alternancia. Esta crisis local poco le importa a AMLO; él está contento por haber logrado la legalidad de su partido y con la millonada de pesos que el INE (o sistema dominante) le otorgó. Al final de esta tragedia, Arturo Núñez se inclinará por la negociación políticas que haga con Peña Nieto y Luis Videgaray.

La ambición de Adrián

A un año y seis meses, Adrián Hernández Balboa entrega la gerencia regional de Diconsa. Su desmedida ambición por participar como candidato a la alcaldía de Centro, lo obliga a renunciar a ese cargo federal. Falta ver si lo dejan pasar los otros que ambicionan el mismo cargo público. Ahí se enfrentará con Lorena Beaurregard, Evaristo Hernández más los que se sumen por el partido de Estado; pero también ahí estarán Gerardo Gaudiano por el PRD, el candidato más fuerte; y Adán Augusto López Hernández por Morena (Octavio Romero será el nuevo dirigente local del partido).

No hay que olvidar que Adrián Hernández Balboa dejó malas cuentas durante su pésima estancia en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes; también hay que refrescarle la memoria que se clavó parte de la lana de la campaña de la camarilla del candidato perdedor: Chucho Alí. Así que su ambición al poder municipal de Centro lo ciega, cuando el realidad no tiene ningún mérito, y lo que haya hecho el Diconsa, eso era una obligación como titular de esa gerencia general. Al menos que lo haya hecho como parte de su precampaña; pero aun así, no posee ningún liderazgo social.

Delia, la argentina tabasqueña

Desde este espacio felicitamos a una mujer con mucho talento académico y de cualidades artísticas, ella, desde que llegó a Tabasco se dedicó a estudiar nuestra idiosincrasia. Es amante de nuestra cultura, me refiero a Delia Samberino Birrio, una bella argentina con mucha sangre tabasqueña.

Recientemente obtuvo la tesis «Modelos Educativos en la Narrativa Tabasqueña», y ella obtuvo el grado académico de Maestra en Docencia. En una emotiva ceremonia el jurado calificador no dudó en aprobarla por unanimidad y mención honorífica. El jurado la conformó María de Lourdes Luna Alfaro, Belén Castillo Castro y Ramona Elizabeth Sanlúcar. Con mucho ahínco dijo que ahora va por el doctorado en docencia, siempre en la UJAT. Honor a quien honor merece.

Chorotada tabasqueña

En la crisis financiera que sufre el gobierno de la alternancia, habrá quienes son leales a Arturo Núñez Jiménez. Quiénes se van con el partido de AMLO, quiénes se quedan con el PRD… Muchos alacranes traidores están incrustados en la administración estatal. Juan José Peralta Fócil es uno de ellos. Las ratas huyen cuando ven que el barco se está hundiendo… Se incluye aquel de moronga azul que se pronunció por abandonar su cargo para dedicarse a cuidar a sus nietos… ¿Tendrán vocación, pulcritud y ética estos changos bananeros del trópico? Arturo Núñez está firme con el partido que lo llevó al poder gubernamental. Eso se llama responsabilidad histórica… Es todo.