Corte de Caja
Algo más sobre los partidos y Núñez: un caudillismo nocivo José Martínez Ojalá y los árboles no nos impidan ver el bosque. Pero también que el bosque no nos impida examinar cada una de las especies de árboles, y toda la fauna que existe. Es lo primero que se me ocurre al revisar otra de […]
23 de octubre de 2015

Algo más sobre los partidos y Núñez: un caudillismo nocivo

José Martínez
Ojalá y los árboles no nos impidan ver el bosque. Pero también que el bosque no nos impida examinar cada una de las especies de árboles, y toda la fauna que existe. Es lo primero que se me ocurre al revisar otra de las partes de una interesante disertación del gobernador Arturo Núñez en un reciente evento en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. Más concretamente el martes pasado. Es un tema sobre el que seguramente volverá el expositor este viernes, durante un foro organizado por el Instituto Nacional Electoral (INE).

Resulta que el mandatario tabasqueño habló de los riesgos que habría si un candidato independiente ocupa la Presidencia. A esto me referí ayer. Pero también habló del caudillismo y no falta quien, con razón y sin ella, diga que esa reflexión estuvo dirigida contra Andrés Manuel López Obrador.

Con razón, porque López Obrador no ha sido muy comedido al referirse al gobernador tabasqueño; más que la crítica, ha llegado a la delgada línea del insulto. Pero considero que Arturo Núñez no es un hombre de rencores ni revanchas, que como político profesional e institucional sabe que es necesario mantener la cabeza fría. Por eso su argumentación sobre el caudillismo debería verse mucho más allá de una referencia personal.

Dijo Arturo Núñez que existe en el país –con los “independientes”- el riesgo de “la personalización excesiva de la política en un presidente electo que sentiría que no tendría compromiso con nadie, porque él es muy capaz y se la ganó solito”.

Comentó el gobernador que aun teniendo los amarres que implica un sistema de partidos hay quienes enloquecen en el ejercicio del poder. Sin esto sería fatal.

Recordó que en 1928 el entonces presidente Plutarco Elías Calles se propuso iniciar un sistema de partidos, para poner fin a la sangrienta lucha de caudillos. Pero el Partido Nacional Revolucionario (PNR), lo que ahora es el PRI se transformó en partido único dominante con un “caudillo institucional” y temporal: el Presidente de la República.

Pero no sólo eso, dijo Núñez, para el PRI a nivel estatal y a nivel municipal, los gobernadores y alcaldes se convirtieron también en caudillos. Todavía más, apuntó el mandatario tabasqueño, tenemos por todos lados partidos caudillescos.

Expuso: “¿Qué hay fuera del PRI en la historia y en la realidad actual? Partidos caudillescos. Que si el partido de Vicente Lombardo Toledano. El partido de Miguel Enríquez Guzmán. El partido de Juan Andreu Almazán. El partido de Jacinto B. Treviño y Juan Barragán, el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana. El partido de Rafael Aguilar Talamantes”.

Prosiguió: “Más recientemente: El partido de Manuel Camacho Solís. El partido de Patricia Mercado. El partido de Dante Delgado. El partido de Cuauhtémoc Cárdenas. El partido de Andrés Manuel López Obrador. Seguimos. El partido de Alberto Anaya. Uno tras otro. Aún en el esfuerzo de formar un sistema de partidos, por razones de la cultura política predominante en el país, prevalece el caudillaje. Son partidos caudillescos. A veces no trascienden al caudillo que los funda, y en el momento que desaparece el caudillo que los funda, desaparece el partido, no se institucionalizan”.

Haberes
Pero tampoco ignora Arturo Núñez lo que sucede en su partido, el PRD, porque comentó: “Creo que el partido más ciudadano con el que cuenta México es Acción Nacional. Ya no es el partido de alguien en particular. El PRD está ahorita en la posibilidad de no ser el partido de alguien. Vamos a ver en qué deviene el PRD”. Hay que hacer un esfuerzo por reflexionar.

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