Corte de Caja
Conagua, y su falta de protección a los tabasqueños José Martínez En los últimos días de este mes se cumple una década de la peor inundación que sufrió Tabasco. Una enseñanza que dejó en ese entonces para el gobernante en turno fue convertir el agua en dinero y lucrar con las afectaciones del desastre. La […]
7 de octubre de 2017

Conagua, y su falta de protección a los tabasqueños

José Martínez
En los últimos días de este mes se cumple una década de la peor inundación que sufrió Tabasco. Una enseñanza que dejó en ese entonces para el gobernante en turno fue convertir el agua en dinero y lucrar con las afectaciones del desastre.

La gran inundación del año 2007 sirvió para dejar que el agua se llevara las evidencias de la poca importancia que tuvimos los tabasqueños para el gobierno de Manuel Andrade, quien desde el año 2003 se dijo preocupado en proteger a Tabasco contra las inundaciones con recursos federales de la CONAGUA, que aterrizaron mediante el Programa Integral Contra Inundaciones (PICI).

Sin embargo, los especialistas de la UNAM evidenciaron dos años después que las obras del PICI de poco sirvieron ante las corrientes de agua por la mala calidad de las obras realizadas, las cuales no tuvieron ningún seguimiento técnico.

En el Macayo se detectó el uso de materiales no adecuados a su magnitud y el abandono en que se había dejado la obra.

El sucesor de Manuel Andrade, Andrés Granier Melo no deslindó responsabilidades, a pesar de las pérdidas materiales y graves efectos humanos de la gran inundación. Estaba ocupadísimo en aplicar los recursos federales destinados para la reconstrucción estatal.

Tan solo de recursos federales, Tabasco recibió más de 7 mil millones de pesos, sin contar con los millones de pesos en especie y en efectivo que el gobierno estatal recibió de personas físicas y morales, nacionales e internacionales.

El gusto por el dinero le hizo química, sobre todo al uso de los recursos del FONDEN y con su Programa Hídrico Integral de Tabasco (PHIT), que en toda su administración debía aplicar 9 mil millones de pesos.

Hasta la inundación artificial del año 2010, permitió bajar recursos federales para emergencias. La inundación de ese año llevó a más de 5 mil tabasqueños a presentar quejas ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), que finalmente dio la razón a los demandantes ante la cerrazón de la Conagua.

Granier salió huyendo de Tabasco a finales de 2012 y dejó un PHIT con el 85% de los recursos aplicados, y menos del 60% de obras concluidas.

Con esos antecedentes, Arturo Núñez Jiménez retomó los pendientes de obras contra inundaciones, e incluyó otras relacionadas con la potabilización y el saneamiento de las aguas tabasqueñas.

El resultado es el Prohtab, programa que se realiza con la convergencia de recursos federales, estatales y municipales.

Ahora es la Conagua la que ha provocado problemas para la aplicación de recursos en el Prohtab. La constante es el recorte federal de los recursos destinados al Programa, al extremo de que en 2017 las obras contempladas no se han iniciado.

Algo le ocurre a la Conagua que ha cerrado la cartera para la aplicación de recursos y proteger a los tabasqueños. ¿Se habrán terminado las complicidades y por esa razón no les interesa aplicar recursos? Algo pasa.

Haberes
Dijo el gobernador Arturo Núñez que 14 fueron los estados afectados por el reajuste de las participaciones a partir del 2008. Tabasco fue uno de los más dañados. Se debe revisar el sistema, afirmó ante el titular de Hacienda, José Antonio Meade. Un reclamo institucional, pero fime.

En las encuestas hay un empate técnico. La invitación de Adán Augusto a Morena es una broma. No soy delfín del gobernador. Fueron algunas de las frases que mencionó en una entrevista radiofónica José Antonio de la Vega. Expresiones que tuvieron de inmediato repercusiones.

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