Corte de Caja
Gobierno de Peña Nieto, peor que un sismo de 8.2 José Martínez A unos meses de que el presidente Enrique Peña Nieto termine su mandato, ¿cuál sería la salida de emergencia ante su propio temblor político, y que además mantiene miles de réplicas? Se escondería debajo de una mesa, o se quedaría parado en un […]
15 de septiembre de 2017

Gobierno de Peña Nieto, peor que un sismo de 8.2

José Martínez
A unos meses de que el presidente Enrique Peña Nieto termine su mandato, ¿cuál sería la salida de emergencia ante su propio temblor político, y que además mantiene miles de réplicas?

Se escondería debajo de una mesa, o se quedaría parado en un marco para tratar de salvarse. El mandatario ha tenido tantos sismos en su persona, que hoy se convirtieron en íconos para los mexicanos, desde memes en redes sociales hasta el rechazo puntual y certero por actos de corrupción, tanto de él, su esposa, gobernadores priistas, y colaboradores cercanos, como el caso Emilio Lozoya, de quien aseguran, recibió diez millones de dólares por soborno a la empresa petrolera Odebrecht.

Lo más reciente: el socavón, donde fallecieron dos personas y que a la fecha nadie es responsable del hecho, mientras el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, a pesar de que algunos senadores piden su renuncia, continúa gozando de la protección del sistema.

Un caso aparte, pero que igual le ha ocasionado sismos, es la relación áspera que mantiene con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien lo hace temblar en cada ocasión que envía un tuit con el tema del muro, dejando como resultado de este lado, solo silencio.

En su recién visita a Chiapas y Oaxaca, exclamó desesperado: “se necesita mayor solidaridad con estos estados”. Mientras su secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, alardeaba en redes que el fondo de desastres cubría perfectamente lo sucedido por el sismo y la problemática causada por las tormentas.

Por cierto, Meade Kuribreña, el delfín que emergerá desde Los Pinos, fue duramente criticado por la expresidenta del PRI a nivel nacional, María de los Ángeles Moreno, al decir que es un personaje sin experiencia, sin temple, y que preferiría a alguien con trayectoria limpia e intachable, sin duda, otro movimiento telúrico para Peña Nieto.

En su V Informe, el cual pasó sin pena ni gloria, el mandatario federal presumió empleo, desarrollo urbano y turístico, pero lo golpeó la inseguridad con los aumentos en los índices delictivos.

Entonces, ¿cuál sería su salida de emergencia? Prácticamente no la tiene. El techo que se le viene encima, sobre todo en este 2018, es de un concreto devastador.

El reto en la última vuelta de su mandato es peligroso, los ciudadanos le harán temblar por todos sus errores, los cuales ha tratado de curar con promesas, caso concreto: Tabasco y Campeche. De ahí la desaprobación que aún mantiene en el país, más del 70 por ciento. ¡Histórico!, como el temblor de 8.2

Haberes
BIEN merecido se lo tuvo Manuel Andrade Díaz: Juan Manuel Fócil le llamó “gobernador chalán”. Dijo que ha sabido “de casos en los que chalanes han llegado a ser gobernador”, en alusión directa al propio Andrade Díaz, a quien en su momento se le tuvo por carga maletas de Roberto Madrazo, hecho que, según se dijo, le valió la gubernatura.

Hoy éste, ironizando con la expresión fiscal carnal, que se le aplicó a quien fue proyectado por el PRI a nivel nacional para Fiscal Anticorrupción, llama a Luz del Alba Pardo Cruz chalán del fiscal, en una actitud de completa misoginia, por tratarse de una mujer, que merece todo su respeto.

Esta vez a Manuel Andrade le salió el tiro por la culata, porque al llamarla chalán del fiscal se mereció la aplicación que le hizo Juan Manuel Fócil al denominarlo “gobernador chalán”. Pobre Andrade no da una.

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