Corte de caja
Tenemos exceso de agua, pero la limpia se nos acaba José Martínez Cuántas veces hemos escuchado que Tabasco es de la “cultura del agua”. Hasta un poema de Carlos Pellicer Cámara se ha vuelto nuestra insignia. Ese fragmento que dice: “Agua de Tabasco vengo,/agua de Tabasco voy./ De agua hermosa es mi abolengo/y es por […]
2 de octubre de 2015

Tenemos exceso de agua, pero la limpia se nos acaba

José Martínez
Cuántas veces hemos escuchado que Tabasco es de la “cultura del agua”. Hasta un poema de Carlos Pellicer Cámara se ha vuelto nuestra insignia. Ese fragmento que dice: “Agua de Tabasco vengo,/agua de Tabasco voy./ De agua hermosa es mi abolengo/y es por eso que aquí estoy/dichoso con lo que tengo.”

El historiador Carlos Martínez Assad quien escribió que Tabasco es más tierra que agua. Así tituló uno de sus libros (2011). Pero ya en uno de sus textos advertía: “En los últimos años la riqueza del agua de Tabasco se ha transformado en una amenaza para la población que vive el temor de las inundaciones anuales desde la de 2007”.

Pero al paso que vamos no sólo el exceso de agua es un riesgo para los tabasqueños, sino también la carencia del líquido para consumo humano.

Duele decirlo pero esa “cultura del agua” se está convirtiendo en una ilusión. Algo que quizá fue, pero esa armonía del poblador con los recursos naturales de su entorno se convirtió en conflicto. El tabasqueño ya no disfruta el agua, la padece.

Tiene razón Marco Murillo Ruiz, presidente de la Asociación Mexicana de Hidráulica quien advirtió que el problema del agua en Tabasco se debe no sólo a los errores de autoridades sino en gran medida a la falta de cultura de la población. “No es posible –dijo- que la gente se conforme con una indemnización cada año y no piense en el gran potencial de contar con este importante recurso” para el futuro.

Cuando se contaminan los ríos o lagunas, lo primero que se piensa es en efecto en un indemnización. Hasta existe una campaña de cierto partido político que pone énfasis en eso: si contamina, que te pague. Dice y hace mal. Esa “industria de la reclamación” como ha sido llamada esta manera de cobrar ahora aunque se pierda después nos ha hecho mucho daño.

Comentó Murillo Ruiz: “Hay problemas de salud porque estamos recibiendo agua de mala calidad ¿y quién se beneficia con esta situación? Las grandes empresas embotelladoras, pero es un círculo porque muchas botellas terminan en los afluentes y así menos vamos a contar con buena agua que potabilizar”.

Esto es un hecho. Recientes reportes indican que nuestros ríos y lagunas están altamente contaminados. Disponer de agua potabilizada se está convirtiendo en un lujo. Por si fuera poco cada vez se le agregan más químicos para purificarla…porque antes la hemos ensuciado.

Como se sabe, Tabasco tiene más de la tercera parte del agua dulce que hay en el país pero está cada vez más contaminada. Junto con el petróleo este recursos natural estaba considerado como una riqueza potencial, que podría dar a los tabasqueños la oportunidad de lograr un valor agregado. Ahora podemos decir que por el contrario: le estamos quitando valor al agua y la estamos encareciendo para su uso humano.

Vivimos en Tabasco una terrible contradicción: cuando hay agua exceso nos inundamos, pero –como en este año- pasamos meses también en una grave situación de sequía.

Haberes
La gira que el Papa Francisco realizó a Cuba y Estados Unidos quedará para los registros como uno de los hechos de mayor relevancia histórica de esta segunda década del siglo. Podría decirse que su repercusiones se podrán apreciar en un profundo cambio en las relaciones entre dos países confrontados por un mutuo desconocimiento, pero también obligará a revisar un tema fundamental en el mundo: la bomba de tiempo que es la migración. Los mexicanos esperan que el más recalcitrante racismo en el país vecino cambie de perspectiva. El Papa Francisco habló fuerte; esperemos que lo hayan escuchado.

Compartir: