Corte de Caja
Refugiados, migrantes y frontera sur; no perder de vista los riesgos José Martínez El pasado 20 de junio se conmemoró el Día Mundial de los Refugiados, y de acuerdo con la Convención de Ginebra sobre el estatuto de los refugiados se trata de las personas que, por temor a ser perseguidos por su raza, religión, […]
24 de junio de 2017

Refugiados, migrantes y frontera sur; no perder de vista los riesgos

José Martínez
El pasado 20 de junio se conmemoró el Día Mundial de los Refugiados, y de acuerdo con la Convención de Ginebra sobre el estatuto de los refugiados se trata de las personas que, por temor a ser perseguidos por su raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentran fuera de sus países. Buscan la seguridad y protección en otras naciones.

Esta situación no es ajena a Tabasco. Para los que recuerdan, durante los años 80 México recibió a miles de refugiados guatemaltecos que por las acciones de la revolución que vivía esa región –con dictaduras militares y guerrilla- llegaron a México, y con el apoyo de organismos internacionales se quedaron a vivir, en carácter de refugiados, en Campeche y Quintana Roo. Algunos en territorio tabasqueño.

Esta situación se repite todos los días en menor escala con los cientos de personas centroamericanas que huyendo de los niveles escandalosos de violencia y pobreza en sus naciones llegan a México buscando cobijo. Algunos de ellos reclaman el estatus de refugiados.

Este fenómeno se conjuga con la migración que ocurre en la frontera del sur, en la que no solo pasan centroamericanos, sino africanos y hasta asiáticos, en su intento por cruzar hacia los Estados Unidos. Su fin es alcanzar el llamado sueño americano, que muchas veces termina en pesadilla.

El proceso provoca respuestas encontradas en la sociedad y en las instituciones. Por un lado están quienes defienden que cada vez se otorguen más permisos de carácter de refugiados para que, en su mayoría centroamericanos, puedan quedarse en nuestro país e intenten hacer su vida aquí. Un refugiado nunca puede ser devuelto al país donde su vida y sus derechos humanos están en riesgo.

En el otro lado están los que exigen se endurezcan la vigilancia y no se permita el paso de migrantes por nuestra región, argumentando que entre los miles de personas que pasan la línea divisora, llegan ladrones, drogadictos y otras más que son portadores de violencia.

El incremento de personas refugiadas o migrantes aumenta la demanda de servicios, y coloca en apuros a los gobiernos, no sólo para atender a los recién llegados sino para cubrir inclusive a la población nacional. Esto último es una queja constante en municipios fronterizos como Tenosique. Aunque vale la pena mencionar que Tabasco ha hecho un gran esfuerzo para ayudar a estas personas en la zona, sin descuidar a nuestros paisanos, en la que ha destacado la participación de las secretarías de Gobierno, Salud y Educación.

Datos de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en Tenosique, señalan que en los primeros 4 meses de este año se han recibido 152 solicitudes, en su mayoría de hondureños, para permanecer en nuestro país en calidad de refugiados.

Tabasco ocupa el sexto lugar en refugiar a extranjeros. El año pasado en México se emitió un 63% de respuestas positivas a 9 mil solicitudes de refugio, y el número sigue incrementando.

Los refugiados, al pasar el filtro de la solicitud, se les tienen que respetar sus derechos, y no someterlos a que vivan un viacrucis, o ser estigmatizados. Aunque tampoco hay que ignorar que teneos un potencial problema de seguridad. Son necesarias políticas de gobierno preventivas.

Haberes
LA VIOLENCIA de género es un tema que no se le da a la diputada del PRI Liliana Madrigal. A veces no basta con entrar a Wikipedia o tener a la mano algunas tarjetas sino adentrarse, y casi especializarse en el tema. Podría hacer mucho más que sólo montarse en el tema para su ya iniciada campaña político electoral.

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