Las lealtades y definiciones; los políticos deben tomar su lugar

José Martínez
¿Se puede silbar y tomar pinol al mismo tiempo? Por supuesto que no. Sin embargo, rumbo a la contienda del 2018, varios son los actores políticos que tratan de hacerlo. Sobre todo porque no saben ni valoran el concepto de identidad, la cual debe irse construyendo con piezas de ladrillo cuidadosamente organizadas, para que nadie ni nada la pueda derrumbar.

Por otra parte, hablar de lealtad y de servicio a un pueblo, e incluso a sí mismo suena fácil, pero son conceptos sólidos por naturaleza, que no cualquier persona cumple a cabalidad.

Haciendo una revisión, se puede hablar de ex presidentes, ex gobernadores, ex diputados, senadores, o presidentes municipales, que juraron dar patria, bienestar y desarrollo. Desafortunadamente las historias se repiten, cintas que no van más allá de querer verse bien, para sentar bases.

Hace unos días se conmemoró el 104 aniversario de la muerte de Francisco I. Madero y José María Pino Suárez, este último conocido como “El Caballero de la Lealtad”. En el evento, el presidente de la Asociación Política José María Pino Suárez, Miguel Ramos Cabra, orador en ese acto cívico, en referencia a dicho personaje, dijo que tuvo una vida conducida mediante las más altas virtudes cívicas y patrióticas.

Ayer, se dio otra importante fiesta cívica: la conmemoración del 153 aniversario de la Gesta Heroica del 27 de Febrero, donde el orador oficial fue Oscar Cantón Zetina, representante del gobierno de Tabasco en la Ciudad de México.

Y señalaba en su discurso el ex senador: “existen quienes hacen desleales deslindes del Gobierno del Cambio Verdadero por burdos cálculos electorales futuros. Como si el pueblo no los conociera y supiera de su pobreza política”.

En otro apartado puntualizó: “En lo personal ratifico mi lealtad única e indivisible con Tabasco y con la alternancia que desde 2012 planteó Arturo Núñez Jiménez, y con mayor impulso encabeza el día de hoy”.

“Quienes hoy servimos a Tabasco desde el gobierno, somos corresponsables de los aciertos, pero también de los errores, de las omisiones o de los tiempos de aprendizaje que una actividad tan humana como la política conlleva y sobre todo en lo inédito de una alternancia que quiere romper vicios del pasado”.

Bien haría que cada uno de los funcionarios se mirara al espejo. Para saber si están en el dicho de que “no puede silbar y tomar pinol al mismo tiempo”; para saber si se han definido tanto en el servicio al pueblo de Tabasco, como en su pertenencia a un partido. Hay quienes no se definen si están en el PRD -partido que los cobijó para llegar a un cargo de elección y a un cargo público-, pero que a la vez se dicen independientes…en busca de una candidatura.

La indefinición no es sinónimo de lealtad, mucho menos de identidad. No se puede jugar con la retórica, donde las palabras -como señaló en su momento el escritor Octavio Paz-, pueden secarse como una hoja que va por el viento. Pero también las personas, como las hojas, pueden moverse al vaivén de un soplido. ¿Qué entendemos por lealtad?

Haberes
Miguel Ángel Valdivia, presidente interino del PRI-, dice que a pesar de que se dé una alianza entre el PRD y Morena, ellos pueden obtener la victoria. Para el 2018 aún faltan muchas lunas, y lo más probable es que el contador ya no esté por ahí. Por su parte, el delegado Jorge Salomón ya no quiere saber nada de los pleitos del priismo choco. Se queja que los ex gobernadores siguen manoseando las aguas turbias del tricolor.