PRD, el desafío de las definiciones; se juega el futuro

José Martínez
Se habla mucho de las elecciones de 2018. Es un año que se ha fijado en la mente de aspirantes y estrategas, y por razones propias, de partidos políticos.

Literalmente se puede decir que está a la vuelta de la esquina, por esa razón, quienes desean y sueñan competir, están preparándose, aunque ya se observa cómo ciertos personajes caminan, mientras otros dieron su primer paso al hacer pronunciamientos.

En el caso concreto del partido Morena, aquí en Tabasco, de acuerdo a sondeos, reclama su reconocimiento como la primera fuerza política. Pero así también se dijo en el 2015 y los resultados fueron otros. Sin embargo, las fuerzas se reacomodan. Algunos fundadores del PRD anuncian que apoyarán a Andrés Manuel López Obrador para la Presidencia de la República, aunque esa decisión los lleve a ser expulsados. Tal es el caso de César Raúl Ojeda Zubieta y el diputado Marcos Rosendo Medina Filigrana.

Se pudo observar la capacidad de movilización de Morena el domingo pasado. Pero eso no basta. El arribo de Andrés Manuel le puso más sabor al asunto, tanto que se pudieron subir al templete, políticos de diferentes partidos, invitados por Adán Augusto López Hernández, casi abanderado de Morena. Claro, no se descarta que Javier May se incorpore a esta carrera. De la presunta suma, lo que para algunos fue plusvalía, para otros podría ser una resta de votos en la base. Todo resulta especulación.

El Partido de la Revolución Democrática (PRD), que actualmente ostenta el poder, no puede negarse que tiene en su haber la ruptura de una barrera que mantuvo el PRI por muchos años. Sin embargo da la impresión de necesitar una inyección de ánimo.

El PRD parece paralizado, estático. Requiere una mayor operatividad y contagiar el ímpetu de que sí está en condiciones y deseos de mantener la gubernatura, ampliar su presencia en los municipios y tener claramente definidas sus propuestas de aspirantes. El juego debe ser abierto sin violentar la ley.

Faltan definiciones, tanto en ese partido como en los aspirantes. Atrás quedó la euforia de haber vencido al PRI en el 2012. A la izquierda que se levantó con la victoria le falta algo. Haber logrado la alternancia fue un triunfo, pero esto ya es historia.

¿Es momento de despertar? Legalmente los tiempos electorales aún no inician, pero veladamente es el único partido fuerte que se está quedando rezagado; el otro, Morena, se colocó los tenis, la playera deportiva, el pants, y empezó a trotar. Camina, es cierto, en el filo de la legalidad.

Los perredistas de abajo, a ras de suelo, quisieran escuchar de una vez por todas el toque de batalla. Salir a caminar para ganar adeptos, votos, porque sólo así se gana una elección.

Algunos recomiendan que se debe abrir la “ostra”, y reconocer que el tiempo es el que menos perdona, sobre todo en política. El PRD lo sabe. No es sólo intuición. La fórmula está en reconocer que aún no se ha despegado. Requiere también amarres internos. El horno no está para bollos, y menos divididos.

Haberes
LA CMIC en el estado se dijo en desacuerdo con el CCE por haber firmado el “Acuerdo de Unidad” que promueve Andrés Manuel López Obrador. Manuel Antonio Quirarte señaló que habían acordado sólo entregar la Agenda de Desarrollo Económico para Tabasco. En muchos sentidos tienen razón: los representantes de las agrupaciones no deben actuar de modo corporativo. Para ningún partido. Admitir esto como práctica es riesgoso para la democracia.