Corte de Caja
Necesaria una cultura de Protección Civil y de Autocuidado José Martínez Es necesario que ante un desastre no natural, sobre todo causado por una problemática multifactorial, se cuente con los recursos humanos y materiales necesarios para proteger de manera inmediata a las personas que se vean afectadas. Sobre todo proveerlas de los requerimientos inmediatos, alimentación […]
21 de diciembre de 2016

Necesaria una cultura de Protección Civil y de Autocuidado

José Martínez
Es necesario que ante un desastre no natural, sobre todo causado por una problemática multifactorial, se cuente con los recursos humanos y materiales necesarios para proteger de manera inmediata a las personas que se vean afectadas. Sobre todo proveerlas de los requerimientos inmediatos, alimentación y medicamentos. Evidentemente que lo primero es la prevención; evitar los daños cuesta menos que atender los efectos.

Lo comento porque Tabasco no ha sido ajeno a los desastres, principalmente a las inundaciones que fueron parte de nuestras vidas hasta mediados del siglo pasado, cuando se construyeron las presas de Alto Grijalva. Esa cultura de ver a las inundaciones como el mecanismo de nutrir nuestros suelos para la agricultura, y nuestros lagos para la pesca, fue desapareciendo.

Este olvido nos lo cobró caro el tiempo cuando a partir de los años 90 Tabasco se empezó a inundar, afectando cada vez a más población. La inundación del año 2007 fue la de mayor impacto en la época contemporánea; según los cálculos de ese entonces las pérdidas rondaron el equivalente a un año de presupuesto de nuestro estado.

Si sumamos la fuerza de la naturaleza a la corrupción, tendremos inundaciones provocadas como la del año 2010, que fue objeto de una recomendación por parte de la CNDH. Los archivos de la Comisión de manejo de las presas del Grijalva señalan en septiembre de ese año a Andrés Granier como el que autorizó que se inundaran las comunidades río abajo de Villahermosa “para evitar” que la ciudad se fuera a pique. Siempre la tramposa decisión del mal menor.

Estos acontecimientos nos recuerdan la importancia de contar con una cultura de protección civil, la cual debe estar institucionalizada, ya que por ley en Tabasco se cuenta con el Instituto de Protección Civil del estado. Y a nivel de ayuntamientos se tienen las unidades municipales de Protección Civil.

Del Instituto, ya conocemos la rapidez para actuar, porque resalta el entrenamiento que han llevado. Sin embargo, no podemos decir lo mismo de las Unidades de Protección Civil de los municipios de Tabasco.

Algunos datos: La Unidad de Protección Civil de Tacotalpa se integra de siete personas, mismas que deben enfrentar sus responsabilidades sin ningún tipo de equipos.

Por su parte, la Unidad de Cunduacán la integran 53 personas, todos ellos capacitados en primeros auxilios. Cuenta con dos camionetas y dos lanchas. Su presupuesto anual es de casi 8 millones de pesos.

En medio de estos dos casos se encuentran una serie de dificultades con las que trabajan las Unidades Municipales de Protección Civil, donde la falta de capacitación, de equipos adecuados y de programas municipales de protección civil es lo común.

Hay que recordar que el municipio es la instancia más cercana a la población, y es la que primero acuden los afectados ante un desastre. De ahí la importancia de que estas personas, que en ocasiones arriesgan sus vidas para proteger a la sociedad, cuenten con los recursos económicos y materiales necesarios.

No dejan votos dicen algunos. Sin embargo, es una situación de vida o muerte en la que resulta importante que los Ayuntamientos les asignen recursos.

Haberes
LA SECRETARÍA de Educación de Tabasco (Setab), inició un operativo para vigilar que las más de 5 mil escuelas de nivel básico cumplan con el calendario escolar que marca que las vacaciones de invierno iniciarán de manera oficial el próximo viernes 23, y regresarán a las aulas el 9 de enero del 2017. Asegurar que funcione todos el sistema no es tarea fácil. Hay que reconocer ese esfuerzo.

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