Corte de Caja
El PRI y Ochoa Reza, un asunto que no tiene prioridad José Martínez Enrique Ochoa Reza, presidente del PRI nacional, no debe jugar a los dados cargados en Tabasco. La “plaza” se volvió vulnerable desde el 2012 cuando dejaron de estar en el poder, y sobre todo, no aprendieron a ser oposición. Comentan que cuando […]
1 de noviembre de 2016

El PRI y Ochoa Reza, un asunto que no tiene prioridad

José Martínez
Enrique Ochoa Reza, presidente del PRI nacional, no debe jugar a los dados cargados en Tabasco. La “plaza” se volvió vulnerable desde el 2012 cuando dejaron de estar en el poder, y sobre todo, no aprendieron a ser oposición.

Comentan que cuando el ex director de la Comisión Federal de Electricidad visitó el estado, varios fueron los priistas que le reclamaron por todo lo que sucede en el partido.

En esa primera visita, el dirigente nacional, dicen que le habían prometido una concentración masiva, y su realidad fue haber encontrado pocos asistentes a la reunión, donde quiso engrandecer a Manuel Andrade Díaz y Roberto Madrazo, teniendo como respuesta una rechifla.

Recuerdo que ese día prometió mandar un delegado para ordenar el desorden, así, textual lo dijo.

Como todo político, los militantes, con la esperanza de ver al “salvador”, continuaban a la espera de que arribara de una vez por todas y poder convocar a una elección, y luego dar paso para conocer al nuevo dirigente estatal.

Miguel Ángel Valdivia, actual presidente, movió sus piezas, y de inmediato se fue a la Ciudad de México para tratar de quedar bien, trayendo el discurso, que según él Ochoa Reza le compartió. Sólo formalidades.

Según Valdivia, durante un evento, su líder nacional le reiteró la promesa de enviar al estado un delegado del CEN para la renovación de las estructuras partidistas, la cual espera que cumpla en el plazo prometido de un mes. ¿Lo hará?

Y en caso de que llegara, ¿qué podrá cambiar en el partido que por años estuvo en el poder, y que no supo aprovechar su ventaja?

Hasta el momento, los verdaderos priistas están en otra sintonía. Lo que desean es que su partido enderece el rumbo, y todas salga del edificio ubicado en 16 de Septiembre Miguel Ángel Valdivia, quien es mal visto por la mayoría. Pero también quieren que el PRI salga de las oficinas, atienda a la gente en las calles, en los campos.

Aunque realmente a Enrique Ochoa Reza el caso de Tabasco poco le interesa, ya que tiene encima la huida de Javier Duarte, personaje que vino de una vez por todas a enterrar al partido.

Ochoa está con esa preocupación y es entendible. Algunos de sus allegados le han dicho que es preferible cooperar con las autoridades, y que de saber algo sobre Duarte, es mejor decirlo, antes de que sea demasiado tarde.

Vaya papel el que le tocó. Aunque en una entrevista reconoció que no son asuntos nuevos, porque la dirigencia anterior ya sabía de los hechos y jamás investigó.

De igual forma, su preocupación va más allá, porque siente muy cerca la respiración del dirigente panista Ricardo Anaya, el político que le ha dado más dolores de cabeza que el propio Andrés Manuel López Obrador.

Por lo tanto, el caso Tabasco no está en la agenda de urgencia del discípulo de Videgaray, así que lo más lógico es que los priistas chocos tendrán por buen rato a Valdivia de Dios como dirigente o deberán ponerse de acuerdo para algún emergente. No más. Los desafíos de la militancia: la división interna de los grupos que en aquella época representaban la fortaleza del partido, así como continuar en el tercer lugar, que los arrinconó en las pasadas elecciones.

Haberes
LA CONSTRUCCIÓN del nuevo Centro de Convenciones está en el limbo. La Unión Ganadera Regional aún no daba el sí para entrarle. El Gobierno ha señalado que el terreno de la UGR es la mejor opción para edificar tan importante obra, pese a los conflictos entre los socios, y que está en riesgo de que una parte de esa propiedad sea embargada y rematada por la deuda de alrededor de 28 millones de pesos que mantiene con un banco.

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