Corte de Caja
Combustibles, para movilidad de personas y mercancías José Martínez Ayer hablaba precisamente del alza del precio a las tarifas de luz, un anuncio desagradable para los mexicanos. Ahora me referiré a la gasolina, un insumo obligado para los propietarios y usuarios de los automóviles. De igual forma se resiente en la economía familiar, porque de […]
15 de julio de 2016

Combustibles, para movilidad de personas y mercancías

José Martínez
Ayer hablaba precisamente del alza del precio a las tarifas de luz, un anuncio desagradable para los mexicanos. Ahora me referiré a la gasolina, un insumo obligado para los propietarios y usuarios de los automóviles. De igual forma se resiente en la economía familiar, porque de paso se lleva a los sectores productivos. Los combustibles son fundamentales para movilizar personas y mercancías.

La dichosa frase popular que tanto se menciona ahora, “que tener un automóvil ya no es un lujo sino una necesidad”, es precisamente el sentir ciudadano; el enojo de saberse engañados, sobre todo porque había esa promesa presidencial de no más aumentos a los hidrocarburos (lo mismo con la luz).

El famoso gasolinazo inventado por Felipe Calderón con su último aumento quedó en 13.16 el litro de la gasolina Magna, mientras la Premium en 14.03, pero de acuerdo a expertos, son aumentos que vienen ocurriendo como parte de la apertura contemplada por la apertura del mercado de los energéticos.

En lugar de tener un precio único oficial nacional, ahora se tiene un precio máximo establecido por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la cual es la encargada de regular y marcar lo que usted pagará. Para el usuario común, las explicaciones macroeconómicas carecen de sentido cuando lo que se refleja en los bolsillos es otra cosa.

De acuerdo a un calendario, en este año se contempla la apertura de marcas, para el 2017 la importación de combustibles por Petróleos Mexicanos o cualquier otra persona física o moral. Para 2018 culminaría el proceso de apertura con la liberación del precio a la ley de la oferta y la demanda.

El control de los precios puede ser de manera anual, o mensual de acuerdo a las necesidades del gobierno federal. Además de los cambios en los precios internacionales del petróleo o los combustibles, y las adecuaciones serán siempre a la alza, nunca a la baja.

Por su parte la Comisión Federal de Competencias propuso ampliar la banda para fijar los precios de venta de primera mano de las gasolinas y el diésel, más allá del 3%.

El año pasado, Hacienda había declarado que no habría más aumento a las gasolinas. En ese año, Miguel Messmacher, subsecretario de Ingresos, sostuvo que a pesar de que se pueden realizar ajustes por el fenómeno de la volatilidad, en México no pasaría, y los precios se mantendrían. Falló.

Hacienda para defenderse, este año envió un comunicado donde aseguraba que los precios se fijan respetando las determinaciones del Congreso de la Unión, y que se ajusten con sus referencias internacionales

Sin embargo, desde el 2015 se preveía el ajuste, porque en la Cámara de Diputados el tema ya era candente y previsor, sobre todo porque ellos mismos aprobaron un impuesto especial como parte de la miscelánea fiscal para este año.

Es decir, sabían que la gasolina subiría de precio. ¿Plan con maña?

El golpe ya está dado, y como referente no sólo se resentirá por lo que pasó con el hidrocarburo sino aumentará el precio todo lo que sea transportado de un lugar a otro, lo que incluye alimentos, y lo que eclipsa, el último aumento al salario mínimo.

La lógica, tal vez sería que si los precios del petróleo suben, entonces habría un alza de hidrocarburos, pero si bajan, el precio de gasolinas tendría que hacer lo mismo. Esto simplemente no sucede.

Haberes
Hay que esperar a que los nuevos funcionarios hagan los ajustes, acomoden equipos, definan mecanismos y retomen el timón de un avión en vuelo. Como dice la sabia expresión popular: despacio que llevamos prisa.

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