Corte de Caja
VIDEGARAY, HACIENDA Y LA NECESIDAD DE NO AHORCARNOS Por José Martínez Hay quienes aseguran que el gobierno aprieta pero no ahorca. Esto se aplicó durante mucho tiempo a la Secretaría de Hacienda, encargada de una de las tareas más impopulares: cobrar impuestos. Durante mucho tiempo, cuando el petróleo era la principal fuente de financiamiento y […]
31 de agosto de 2015

VIDEGARAY, HACIENDA Y LA NECESIDAD DE NO AHORCARNOS

Por José Martínez

Hay quienes aseguran que el gobierno aprieta pero no ahorca. Esto se aplicó durante mucho tiempo a la Secretaría de Hacienda, encargada de una de las tareas más impopulares: cobrar impuestos. Durante mucho tiempo, cuando el petróleo era la principal fuente de financiamiento y derroche, los cobradores de impuestos tenían alguna flexibilidad para exprimir al contribuyente. Pero en los dos últimos años las cosas se han puesto muy difíciles para los empresarios grandes y pequeños, para los inversionistas y hasta para los modestos trabajadores. El apretón ya no deja respirar.

Desde hace varias semanas diversos grupos de empresarios, en especial los encabezados por Juan Pablo Castañón de la Coparmex, realizan intensas negociaciones con Luis Videgaray para lograr que se afloje un poco la cuerda de Hacienda y se flexibilice la reforma fiscal.  El pasado fin de semana Videgaray dijo que no habrá concesiones, porque “el horno no está para bollos”.

Lo mismo, pero en sentido contrario, sostienen los empresarios. Ya no pueden más, sobre todo los pequeños inversionistas nacionales. Entre los principales cambios que espera la iniciativa privada está la depreciación acelerada de las inversiones (que se eliminó con la reforma), así como la deducibilidad al 100% de las prestaciones que las empresas otorgan a sus empleados.

Según han declarado en diversas ocasiones los empresarios lo que buscan es incentivar la inversión, el ahorro y la generación de empleo. Anteriormente los inversionistas tenían la posibilidad de deducir la totalidad de las prestaciones para los trabajadores, lo que permitía incentivar la creación de nuevas plazas de trabajo.

También los empleados y pequeños empresarios tenían mayor flexibilidad, lo que si bien representaba una pequeña fuga de ingresos para Hacienda, en cambio permitía atender un grave problema social: el de la baja capacidad adquisitiva.

Hasta ahora hay señales opuestas. Por un lado los empresarios están optimistas, porque ya habían avanzado mucho en las pláticas; por otro lado el propio Videgaray dijo en una reunión a puerta cerrada con los senadores del PRI y Partido Verde que “de ninguna manera” bajarán las tasas de impuestos ni cambiará el régimen de deducciones.

Argumentó el funcionario: “Cómo vamos a perder pesos en un momento en que está cayendo de manera dramática el precio del petróleo, y ahora en un ánimo de congraciarnos tal vez con algunos liderazgos del sector empresarial o políticos, vamos a echar para atrás lo que es algo que es muy importante para México que es la recaudación fiscal”.

Según Videgaray “la reforma hacendaria se sostiene por convicción… y por necesidad”. Pero hay otra necesidad, además de la que tiene el gobierno para mantener a una excesiva burocracia con salarios excesivos: la estabilidad del país.

Los detalles del paquete de Hacienda se conocerán a más tardar el 8 de septiembre.

HABERES
EL SECRETARIO de Educación, Víctor López Cruz, tomó el toro por los cuernos como debe ser. Anunció que los maestros que decidieron ausentarse deberán ser sustituidos por eventuales. Se calcula que unos mil 200 serán contratados por esta vía. Pero hay una larga lista de espera de profesionales que sí tienen ganas de trabajar y enseñar. La educación no puede seguir en manos de los líderes sindicales; debe anteponerse el derecho de los pequeños  a la formación escolar.

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