Corte de Caja
El PRI y Peña Nieto ante los desafíos del relevo José Martínez Le comenté ayer cómo hay sectores del PRI que se resisten a cambiar. Que prefieren las reformas cosméticas, a pesar de que algunas corrientes internas y la propia realidad impulsan transformaciones reales. Conoceremos esta semana cuáles son los primeros pasos en una nueva […]
12 de julio de 2016

El PRI y Peña Nieto ante los desafíos del relevo

José Martínez
Le comenté ayer cómo hay sectores del PRI que se resisten a cambiar. Que prefieren las reformas cosméticas, a pesar de que algunas corrientes internas y la propia realidad impulsan transformaciones reales. Conoceremos esta semana cuáles son los primeros pasos en una nueva ruta que debe seguir el tricolor. O se confirmará la resistencia.

Hay voces que tienen buena opinión sobre la llegada a la dirigencia del PRI nacional de Enrique Ochoa Reza. Se dice que tiene la capacidad política y técnica para resarcir la derrota que ese partido sufrió el pasado 5 de junio frente a un electorado cada vez más crítico y participativo. Sin embargo, también persiste el descontento al interior de un instituto político que al parecer no ha sabido tomar buenas decisiones, y que a pesar del optimismo aparente o de la disciplina piramidal que lo ha caracterizado, las circunstancias no auguran buenos resultados para las elecciones del próximo año y mucho menos para el 2018.

Resulta difícil imaginar cuál será la propuesta y el discurso de un ex funcionario que proviene de una empresa como la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que acaba de autorizar otro incremento a las tarifas en la venta de energía industrial y doméstica. Si no fue él el responsable, sí el ejecutor de tal mandato que lastima el bolsillo de la incipiente recuperación de la economía mexicana. Al parecer falta sensibilidad política de los nuevos administradores educados en prestigiosas universidades del extranjero.

La percepción en general –y así lo reconocen destacados militantes del tricolor- es que ese partido se ha alejado cada vez más de las bases, de aquella gente que solía identificarse con los colores del Revolucionario, un partido casi único que puso orden en el país y cuya integración permitió poner fi por un tiempo a los enfrentamientos armados entre los diversos grupos de poder.

Es inocultable que en el PRI el presidente de la República volvió a ser un factor decisivo. Así sucedió con la llegada y salida de Manlio Fabio Beltrones. Peña Nieto será el responsable de los movimientos próximos en su partido y en su gabinete.

La tarea no será fácil para Ochoa Reza, pues a pesar de la verticalidad con que siempre se ha manejado el priismo habrá opositores a su llegada y los reclamos no serán menos ante la situación que impera en el país. El futuro del priismo nacional es incierto en todos los sentidos rumbo al 2018, así que el PAN comienza a maniobrar los cotos obtenidos en las pasadas elecciones y se ofrecerá como un comodín para buscar detener por tercera vez a López Obrador en sus aspiraciones de llegar a Palacio Nacional.

Por lo pronto en Tabasco las cosas no son tan alentadoras para quienes desean tomar las riendas tricolores. También las luchas internas se intensifican y no se ve para cuándo retornará la unidad y la disciplina. El propio diputado local y exgobernador Manuel Andrade le dice a sus cercanos que hay un PRI sin pies ni cabeza –aunque en público sostiene que está más fuerte que nunca. La orfandad impera entre los políticos priistas sin un líder que los una en torno suyo.

Haberes
Una explicación oportuna y creíble es la que deben las autoridades por el enfrentamientos entre ministeriales y policías preventivos en la capital tabasqueña. A la investigación de los hechos deben seguir sanciones ejemplares. Es mucho el daño que hace este tipo de sucesos a la compleja tarea de recuperar la confianza de la población.

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