Corte de Caja
La anarquía interna de los partidos, y la decadencia ideológica de sus cuadros José Martínez El Partido Revolucionario Institucional (PRI), ha perdido la personalidad que proyectaba en el pasado. Hoy luce sin identidad y tan necesitado de alianzas que hasta recurre a partidos que no tienen presencia en el país, como el Partido del Trabajo […]
8 de junio de 2016

La anarquía interna de los partidos, y la decadencia ideológica de sus cuadros

José Martínez
El Partido Revolucionario Institucional (PRI), ha perdido la personalidad que proyectaba en el pasado. Hoy luce sin identidad y tan necesitado de alianzas que hasta recurre a partidos que no tienen presencia en el país, como el Partido del Trabajo (PT), para lograr alcanzar victorias como en las elecciones presidenciales de 2012, donde los sufragios que lo salvaron de la derrota, ante el entonces perredista Andrés Manuel López Obrador, fueron los pocos que le aportó el Partido Verde Ecologista de México (PVEM).

Antes la figura presidencial era vital para este instituto político, hoy, el presidente Enrique Peña Nieto toma su distancia y recomienda “darle la vuelta a la página”, en contraste a las declaraciones del CEN del PRI, de que hay posibilidades de impugnar algunas gubernaturas obtenidas por el Partido Acción Nacional (PAN), ante los tribunales electorales, después de que el dirigente del partido Manlio Fabio Beltrones reconociera que habían sido derrotados contra todos sus pronósticos.

En un comunicado emitido el pasado 6 de junio ante los resultados preliminares en cada uno de los estados donde se llevó a cabo elecciones, el PRI asegura que hay “elementos cualitativos y cuantitativos que legalmente le permitirán impugnar entre 5 y 6 elecciones al cargo de gobernador en Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Puebla, Quintana Roo, Veracruz y/o Tamaulipas.

Aún no les queda claro en el PRI que es el hartazgo de los malos gobiernos -como el del indefendible Javier Duarte en Veracruz- lo que terminó derrotando a sus candidatos en las elecciones intermedias del pasado domingo, y como dijo tal vez inconscientemente el mismo Beltrones, “la gente evalúa al gobierno y gobiernos estatales”.

Decimos inconsciente porque con esta declaración Manlio Fabio Beltrones termina criticando a su Jefe máximo: el Presidente, y es notable ese jaloneo de poderes que existe entre los secretarios del gabinete presidencial y la dirigencia del PRI nacional.

¿Será que este instituto político replicará en 2018 lo sucedido con el PRI choco en 2012? Cabe esa posibilidad ante el debilitamiento de los cuadros tricolores, porque existe una clara pérdida de identidad ideológica que se ha traducido en el alejamiento de las bases y la militancia.

Cada vez es más evidente esa distancia de los servidores públicos emanados de las filas tricolores, donde se concentraba el porqué de su filosofía, y sobresale únicamente el abuso de poderes, donde la ciudadanía es la que al fin y al cabo paga la factura de los excesos.

Para el 2018 se vislumbra un PRI anárquico, tan dividido como su antagonista el Partido de la Revolución Democrática (PRD), quien esta ocasión estuvo a punto de desaparecer.

Está tan permeado que ya no se sabe quién toma las decisiones, y mucho menos quiénes las llevarán a cabo, las corrientes que lo conforman son un río revuelto, sin un rumbo claro. Pero esta crisis desatada dentro del mismo PRI parece arrastrar consigo a la partidocracia mexicana, pues aunque el PAN haya obtenido más gubernaturas que ellos, no tiene garantizado su retorno a Los Pinos, ya que la gente es cada vez más crítica ante una clase política tan desprestigiada.

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