Segundo debate por la gubernatura; oportunidad de avanzar o retroceder
Por José Martínez
Los candidatos a la gubernatura por la oposición dejaron ir su última oportunidad de convencer a la ciudadanía de que sus propuestas son mejores que las del puntero en las elecciones del dos de junio, en el debate del lunes pasado.
No lo consiguieron, quedaron a deber. Ellos eran los obligados a marcar diferencias, pero se centraron en lo mismo de siempre: críticas, ataques y se mostraron dispersos en sus propuestas. No fueron concretos ni propositivos. Perdieron un tiempo valioso en la reyerta. Así nos lo han dicho varios observadores de la política local.
La ciudadanía esperaba otra cosa, una confrontación de ideas, de proyectos de gobierno, saber qué ofrece cada uno de ellos y cómo piensan llevar a cabo lo que proponen si ganan la gubernatura, no a preguntarle a la gente de cómo ven las cosas, cuando lo que ella espera son respuestas a sus necesidades, como lo hizo el candidato del PRD, Juan Manuel Fócil Pérez.
El formato no ayudó a que los candidatos debatieran. Solo permitió la exposición de sus argumentos, sin que hubiera un real intercambio de ideas para saber de qué están hechos, su capacidad de respuesta e improvisación.
Javier May se centró en las propuestas en los temas seleccionados para este debate y se dio tiempo para responder ataques e infundios de sus oponentes. No le hicieron mella esos obuses, seguirá siendo igual o más puntero en las encuestas.
Me parece que el gran perdedor del debate fue Fócil. Desaprovechó el momento para posicionarse mejor. No le funcionó el golpeteo y se le revirtió. Se discutía el tema educativo y Javier May le dijo que con qué cara cuestionaba si cuando fue diputado federal aprobó la reforma educativa que mucho daño le hizo a la educación.
El perredista respondió que no era cierto. Pero su nombre sí aparece en la lista de los legisladores del PRD que votaron a favor de la reforma educativa, en diciembre de 2012.
Fue exhibido por el morenista de mantener ocultas sus empresas y May lo retó a que a ambos los investigue la UIF sobre la evolución de sus bienes patrimoniales para que se conozca quién ha tenido un modo honesto de vivir y quién no.
Más sobre la comparecencia
“Discutir un tema con opiniones diferentes”, así define el Diccionario de la Real Academia Española si uno busca el significado del verbo “debatir”, o en todo caso discutir un tema, lo que implica un diálogo entre las personas que debaten sobre un asunto en común, en este caso gobernar un estado.
Por lo tanto, lo que seguimos viendo a la vieja usanza de la clase política es casi un monólogo en el que interviene un moderador por si alguno de los participantes se pasa de la raya o de los tiempos estipulados que se convierten en una camisa de fuerza o una gran limitante para que ellos puedan expresar sus ideas con soltura. Hay que renovarse, señores políticos y autoridades electorales.
Se pueden discutir entonces uno o más temas, cada cual con sus ideas, contrastando propuestas, ofreciendo datos verídicos a los ciudadanos, presentando proyectos viables y presupuestados, es decir: plantear en tal o cual rubro cómo vamos a solucionar los problemas, con qué recursos se hará, qué gente nos ayudará para conseguir el objetivo que se pretende aterrizar. Incluso hasta se puede subir el tono de una discusión, pero con respeto a la audiencia y claro, con argumentos verdaderos, que informen a la gente.
Debatir es comunicar con claridad a los electores las ideas que uno tiene para llevar a cabo un proyecto, la metodología que nos llevará a tales o cuales resultados, los instrumentos y materiales que se ejercerán así como los gastos estimados, en fin, que el electorado note nuestra organización, que sienta confianza por lo que estamos transmitiéndoles a través de una discusión o diálogo entre los implicados o los aspirantes a un puesto público o gubernamental.
En un debate de ideas políticas el ganador es el pueblo, pues tendrá más claro quién será su o sus representantes, y sus candidatos saldrán mejor afianzados con el apoyo que se les dará, esa legitimidad que se busca para una gobernanza integral que se reflejará en la realidad de una manera positiva. Esto es lo que debe ambicionar un debatiente, obtener el respaldo del pueblo a través de una comunicación clara y efectiva.
Haberes
Joaquín Baños, dirigente estatal de Morena, reconoció públicamente que su partido enfrenta diferencias significativas con el Partido del Trabajo (PT) en pleno proceso electoral. A pesar de que ambos forman parte de una alianza a nivel nacional, la situación en Tabasco ha sido distinta.