El presidente López Obrador y su informe en Campeche

José Martínez
Por primera vez en la historia contemporánea el informe anual del Presidente de la República será en la ciudad de Campeche. Tradicionalmente ocurría en la Ciudad de México, pero ya el presidente Andrés Manuel López Obrador nos tiene acostumbrados a su estilo personal de romper los esquemas.

Recordemos que no sólo anunció en 2019 un plan para desconcentrar las secretarías federales y otras dependencias clave –un plan inconcluso-, sino que también estableció el formato de informes trimestrales.

En el caso del quinto informe anual, se entregará el documento oficial en el Congreso de la Unión, como es el mandato legal, pero el mensaje público, el mensaje político, de López Obrador será en la ciudad de las murallas.

La razón por la que el presidente López Obrador escogió Campeche (un estado de menos de un millón de habitantes) es porque -dijo- hasta hace algunos años era uno de los estados más olvidados del país. Lo que sucedió en general con la zona sur-sureste y para la que el gobierno federal actual decidió grandes inversiones.

Desde un principio se propuso romper la inercia que mantiene con carencias de infraestructura a una zona del país rica en recursos naturales. Sobre todo petróleo, agua y vegetación.

Se ha destacado que el día del informe presidencial –viernes primero de septiembre- coincide con la gira que cada 15 días realiza el mandatario para revisar los avances del Tren Maya, una de las obras y proyecto más importante del sexenio, no sólo por su inversión sino por el impacto social y económico que dejará en la región.

Anunció que será el primer recorrido en el Tren Maya, “pero de supervisión”, porque está previsto para inaugurarse en diciembre.

El presidente tiene programado dar su Quinto informe de gobierno, a las 10:00 horas y posteriormente hacer el viaje de Campeche a Mérida.

De acuerdo a la agenda oficial, irán como invitados especiales al informe en Campeche, algunos miembros de su gabinete y gobernadores, con quienes realizará el primer recorrido en Tren Maya.

Ahí estarán con el mandatario Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC); Luis Cresencio Sandoval, titular de la Marina Armada de México (Semar); Diego Prieto, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); Layda Sansores, gobernadora de Campeche; Mara Lezama, gobernadora de Quintana Roo; Mauricio Vidal, gobernador de Yucatán, y por supuesto Javier May, director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), encargado de coordinar los trabajo del Tren Maya.

Como usted sabe, con autorización del presidente López Obrador, el titular de Fonatur presentará su renuncia la semana próxima, para estar en condiciones de participar en la encuesta que realizará Morena para la candidatura al gobierno de Tabasco en 2024.

López Obrador está pendiente de los tiempos y las circunstancias de su propia sucesión y de su proyecto.

Una alta aceptación
El mandatario federal llega a su informe con una muy alta aceptación. Tiene una aprobación del 64% contra el 22% de Enrique Peña Nieto, en el mismo año de Gobierno.

Seguramente será la joven secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde quien lleve el documento del informe al Congreso de la Unión. Esta funcionaria poco a poco está mostrando sus dotes de negociadora con todas las fueras políticas.

La vieja costumbre de que el primero de septiembre el presidente en funciones acudiera a la Cámara de Diputados a presentar un resumen de sus actividades y el mensaje político, se rompió desde aquella interpelación de Porfirio Muñoz Ledo al entonces presidente Miguel de la Madrid, en 1988. Se acabó el llamado “Día del Presidente”.

Como ya no podía mantenerse en la ley algo que en los hechos no se lograba cumplir, el mandato de acudir ante el Congreso de la Unión desapareció con la reforma del 2008.

Para entonces ni Vicente Fox ni Felipe Calderón habían podido hacer uso de la tribuna. Se buscaron mecanismos para que el mandatario en turno no sólo fuera escuchado sino también escuchara a los legisladores, pero los viejos tiempos ya no volverían. Un Congreso en el que había verdaderos opositores desplazó a la comparsa construida en la Cámara de Diputados durante años. Aunque siempre quedan vestigios de aquellas costumbres.

Haberes
EN ESTOS días siguen las apuestas sobre si Marcelo Ebrard aceptará los resultados de la encuesta de Morena en caso de que no resulte favorecido o si finalmente romperá para irse a otro partido. ¿O se pondrá cera en los oídos como en 2011 cuando le quisieron hacer creer que de ganaba 2 a 1 a AMLO?