López Obrador, la pregunta no escuchada y la manipulación; otras más

José Martínez
El principal activo de los medios de comunicación es la credibilidad. Es decir, lo que publican o difunden se apega a los hechos. Eso es rigor periodístico. Cuando se falsean o distorsiona la verdad con fines inconfesables se agravia a lectores o audiencia y a la sociedad.

El miércoles los medios de comunicación, contrarios a la 4T, faltaron a la verdad al distorsionar de mala fe un hecho que involucró al presidente Andrés Manuel López Obrador. Al final de la conferencia matutina, cuando ya se despedía de los reporteros, se escucharon gritos ininteligibles. No se escucha con claridad. Por eso el mandatario contó un chiste para decir que no escuchaba lo que le preguntaban.

Eso bastó para que la prensa tradicional propalara la falsa versión de que el presidente se había negado y, lo peor, burlado por lo ocurrido a los cinco jóvenes de Lagos de Moreno. Se habló y se escribió hasta la saciedad para quemarlo en leña verde. Hasta la virtual candidata presidencial opositora, Xóchitl Gálvez se sumó a esa condena.

Ayer López Obrador se refirió a esa burda manipulación informativa. Dijo que la prensa “vendida o alquilada” de manera “perversa” dio por cierta “toda una mentira, una infamia. Ellos son capaces de todo, yo no”. Jamás me burlaría del dolor humano, sostuvo.

No fue la única mentira desmentida en la mañanera. También se refirió a la carta apócrifa que circuló en redes sociales y algunos medios, dirigida supuestamente a Sergio Ayala Salvio (¡dirigente sindical!), en la que el presidente le comunica su designación como director general de Pemex. Una falsedad dada por cierta en algunos prestigiados medios. Quienes buscaron afectar al director de la petrolera, Octavio Romero Oropeza, lograron lo contrario: que el Presidente le ratificara su confianza.

La credibilidad de un medio se pone a prueba todos los días. Cuesta mucho ganársela. Basta un error o una distorsión deliberada para echarla el bote de la basura.

Tabasco, cutura en suspenso
Se recuerda con mucha pasión y efervescencia cómo hace varios años atrás existieron grupos de escritores, pintores, músicos, entre otros, que salían a las calles para defender sus creaciones y espacios.

A pesar de que eran comunidades no hermanadas, cada una, desde su trinchera exigía, y por qué no decirlo, peleaban a su estilo y con sus propias armas para que el o los gobiernos en turno los miraran y escucharan.

Cuando se intentaba cerrar un centro cultural, estas personas salían a las calles a protestar, y con sus pinceles o poemas decían que no era posible obstruir a la cultura.

Se entiende que había una fuerza, un peso de los artistas. Sus pasos eran firmes como las obras que presentaban, al final había una solidaridad.

En estos días, algo oscuro para la cultura, a pesar del radiante sol, casi todo se ve opacado con la llegada del titular de Cultura, Ramiro Chávez Gochicoa. La comunidad cultural se queja que el apoyo, el interés desde la nueva dependencia –apenas creada en 2019- simplemente no existe.

En el ámbito editorial se dejaron de editar libros –los que se hicieron en los primeros dos años están embodegados con Yolanda Osuna-, por ejemplo; a los pintores los hizo a un lado. Las obras que se presentan son estrictamente con dinero propio. Secult no brilla, es tan opaca que en la entidad lo más que se ve son pendones con tema de “diseño”, exhibidos sobre Periférico, y con fechas atrasadas.

Cuando se le quiere proponer algún proyecto al funcionario, lo único que responden es que está ocupado o fuera del estado. Las llamadas Jornadas Pellicerianas cayeron en manos de un poeta español, y es quien se encarga de llamar, convocar e invitar a las personas para que participen. Claro, los gastos corren por la secretaría de Cultura, contando los honorarios de esta persona.

Los tabasqueños fueron olvidados, borrados de esa agenda. Quien se dice experto en cine rara es la ocasión que se presenta a un acto cultural, aunque ya dijo que en el 2024 piensa buscar un puesto de elección popular.

Qué decir del caso de El Ágora en el olvido. Aquí nos detendremos un poco, ya que en ese lugar se concentraban niños y jóvenes para aprender danza, piano, violín, tambor, entre otras disciplinas, pero desafortunadamente está en ruinas. Qué falta de sensibilidad.

Haberes
Aclaró la alcaldesa de Centro, Yolanda Osuna que el ayuntamiento no pagó nada por los espectaculares –anuncios panorámicos- que promueven una revista y en la que aparece su imagen. Representantes del Partido Movimiento Ciudadano anunciaron que es el arranque de su aspiración a la gubernatura y que interpondrán demanda por actos anticipados. No hay materia de queja, señala quien puntualiza que está ocupada en la intensidad de obras en la capital.