Corte de Caja
Costosas anulaciones: una cadena de responsabilidades José Martínez Repetir un proceso en la vida siempre tiene un alto costo. Si se pudo hacer bien desde un principio, será censurable el que no se haya hecho. Es descuido, irresponsabilidad, desconocimiento. Repetir unas elecciones por eso tiene un alto costo. Cuando se trata, como en el caso […]
18 de agosto de 2015

Costosas anulaciones: una cadena de responsabilidades

José Martínez
Repetir un proceso en la vida siempre tiene un alto costo. Si se pudo hacer bien desde un principio, será censurable el que no se haya hecho. Es descuido, irresponsabilidad, desconocimiento. Repetir unas elecciones por eso tiene un alto costo. Cuando se trata, como en el caso de Tabasco, del municipio que aglutina la mayor actividad económica del estado, lo que se pierde es mucho mayor. Mucho más todavía que lo que pudiera perder un candidato, un partido o incluso una institución como el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco (IEPCT), lo es el impacto para la sociedad.

La resolución del Tribunal Electoral tabasqueño contra la constancia de mayoría entregada a Gerardo Gaudiano por el IEPCT, coloca nuevamente en el debate la oportunidad y certeza de las leyes. Más que “tapar el pozo después del niño ahogado”, las normas electorales también deben tener carácter preventivo. Lo mismo debe decirse de las instituciones que, como el INE, tuvieron la responsabilidad en la designación de los consejeros. Estamos ante una cadena de errores, inclusive si la resolución contra el PRD y su candidato –que fue en realidad un dictamen contra los consejeros electorales- es desechada por el Trife. Errores con muy alto costo.

Deberíamos contar con mecanismos eficaces para detectar cuándo un proceso resultará mal. No esperar que de una trama de vicios nos resulte una virtud.

En el municipio de Centro reside casi la tercera parte de la población tabasqueña. Difícilmente se sabrá cuánto gastaron los nueve candidatos a la alcaldía y sus diez partidos; tampoco sabremos cuánto de los recursos destinados a ese elefante blanco que es el IEPCT se destinó a organizar y vigilar el proceso electoral y cuánto quedó en manos de un grupo de funcionarios. Un grupo que todavía se atrevió a otorgarse un “bono especial” por el trabajo realizado en los comicios de este 2015.

Lo que sí podemos señalar es que las improvisaciones, las ambiciones, las equivocaciones, tienen un muy alto costo para la población. Un costo que aumentará en los días por venir porque seguramente en todo este tiempo se frenarán inversiones, gestiones, propuestas, proyectos hasta no saber con certeza qué será del Ayuntamiento capitalino. El alcalde actual, Humberto de los Santos, ya sólo hace los arreglos para entregar la administración, y quien lo sustituirá todavía tiene que pelear en los tribunales.

Sea Gerardo Gaudiano o quien resulte de una elección extraordinaria, los resultados se judicializan. Son recursos postelectorales y no previos. Total que el dinero que se gasta, porque no se invierte en estos casos, es un dinero público.

Haberes
MUCHOS están seguros de que Manlio Fabio Beltrones no será como César Camacho en el PRI y que el sonorense sí se ocupará de su partido en los estados. Sobre todo en Tabasco donde tendrá que poner orden. Hay muchos grupo que se pelean un poder que no tienen. Empeñados en ponerse el pie se dividieron en el 2012 y eso contribuyó a su derrota: no aprendieron la lección y otra vez se pelearon en el 2015. Evaristo Hernández, Jesús Alí y tantos otros están nuevamente en la batalla campal por posiciones. Quieren repartir un pastel que aún  no han cocinado.

ANTE la posibilidad de nuevas elecciones en el Centro quienes de inmediato comenzaron a buscar colocarse bajo los reflectores son los simpatizantes de Adán Augusto López. Calculan que el senador iría en lugar de Octavio Romero. Los demás repiten: Gaudiano, Evaristo, Rosalinda.

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