Corte de caja
Don Enrique: política, educación y cultura José Martínez Don Enrique González Pedrero (1930-2021), faltarían palabras para describir todo lo que hizo este gran mexicano en bien de la humanidad. Menciono este concepto porque abarca casi todo. Así fue como se condujo a lo largo de su vida este tabasqueño. Ilustre, elocuente, hábil en su hablar, […]
8 de septiembre de 2021

Don Enrique: política, educación y cultura

José Martínez
Don Enrique González Pedrero (1930-2021), faltarían palabras para describir todo lo que hizo este gran mexicano en bien de la humanidad. Menciono este concepto porque abarca casi todo. Así fue como se condujo a lo largo de su vida este tabasqueño.

Ilustre, elocuente, hábil en su hablar, dinámico, expresivo, lleno de nostalgia a veces. Siempre le gustó regresar a su trópico.

En una mesa del Hotel Viva desayunaba y conversaba con sus amigos. Siempre respetuoso y respetado. Era frecuente que el diálogo se interrumpiera porque alguien quería saludarlo.

El maestro, como le llamaban –una designación justa- gustaba hablar sobre cultura y educación. En una de sus tantas obras, González Pedrero hizo mencionó estos dos aspectos en pequeños ensayos; en el libro “Puntos de referencia”.

Es una serie de columnas donde además invita a la reflexión a través de otros personajes como Octavio Paz, Javier Barros, Arnaldo Orfila, José Saramago, entre otros.

Con estos “puntos de referencia” el autor nos lleva a través de interpretaciones originales, como todo un conocedor de las transformaciones de México y el mundo.

El libro se lo dedica a doña Julieta Campos, la mujer que lo acompañó a lo largo de su vida. ¿Y por qué el recuerdo de este intelectual a través de Puntos de referencia?, porque en cada una de sus páginas quedó atrapado parte de su pensamiento, de su análisis y sensibilidad.

En uno de sus temas “La fuerza de la política”, puntualizaba: “el gobierno requiere de un apoyo plural, que refleje realmente una nueva correlación de fuerzas. La magnitud de los problemas internos y externos lo reclama. No podemos seguir haciendo como si nada, en México ni en el mundo, hubiera cambiado. Mucho se habla, en los discursos, de globalidad: en la práctica, una suerte de timidez inhibe cualquier propósito de ponerse en condiciones de maniobrar positivamente para ubicarse en ella”.

Otra columna lleva por nombre “Enseñar a pensar”, de la cual retomo lo siguiente: “No ha existido continuidad en las metas. Sobre todo, en la educación primaria, cuyo objetivo central siempre debió ser, y casi nunca lo fue, enseñar a pensar. Si, por ejemplo, la política que siguió (José) Vasconcelos durante menos de un trienio se hubiera continuado en sus líneas fundamentales hasta ahora, otro gallo nos cantaría. Pero como hemos adoptado el “sistema métrico sexenal”, cada presidente y, por supuesto, cada secretario de Educación quieren innovar, dejar su impronta, reinventar el mundo en su sexenio y los resultados están a la vista”.

Tan sólo estas dos ideas, uno en lo político y lo otro en la educación, de aplicarse como él lo mencionó, ayudaría en mucho al país.

Un hombre afortunado
Este escribiente se declara un hombre afortunado por haber tenido oportunidad de cultivar la cercanía y la amistad de quien siempre consideré un ciudadano ejemplar, un mexicano-tabasqueño universal.

Doy testimonio no sólo de su sencillez y don de gentes para aceptarme en su círculo de afectos, sino también de cómo trató a decenas, cientos de personas que muchas veces sin él conocerlos se acercaron a agradecerle, felicitarlo por su labor como gobernante, pedirle la firma de un libro, o simplemente saludarlo.

Recuerdo en especial una imagen que grabada en un documental: ocurrió de manera espontánea. Un equipo de técnicos filmaba a Don Enrique en el Parque Tomás Garrido Canabal –ese gran espacio que tiene su sello-, cuando una pareja con su niña de no más de diez años se acercó a saludarlo: querían que su hija conociera a uno de los mejores gobernadores de estas tierras. Ese saludo vale más que mil palabras.

Gracias le doy a Don Enrique desde esta modesta tribuna, como ciudadano y como amigo.

Haberes
Tras el regreso a clases presenciales la semana pasada, la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez, reportó que se detectaron casos de COVID-19 en 88 de las 135 mil 230 escuelas que reabrieron. Durante la conferencia de prensa del presidente Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional, la funcionaria informó que, con corte al martes, se tiene registro de que 12 millones 639 mil alumnos retornaron a clases, así como 1 millón 200 mil 245 docentes.

Mucho se ha discutido sobre si es o no pertinente regresar a las clases presenciales, en las aulas. Cualquier decisión será cuestionada: volver o no volver. México se tiene que encaminar poco a poco a la llamada “nueva normalidad”; esto es, tenemos que regresar a nuestras actividades pero de manera diferente. Protegiéndonos y protegiendo a los demás, que es lo que debería ser una filosofía de vida.

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