Organizaciones civiles, depurar el padrón para identificarlas mejor

José Martínez
Desde el año pasado se escuchaba en los pasillos de distintas organizaciones civiles la preocupación de que la nueva administración federal ya no apoyaría el trabajo que venían realizando. A pesar de que algunos de ellos de carácter campesino y con presencia nacional se la jugaron con el tabasqueño para hacerlo presidente.

De forma inicial el titular del Poder Ejecutivo declaraba que ya no se entregarían recursos a intermediarios como la “Antorcha Campesina” y el “Frente Emiliano Zapata”, o grupos así.

Lo anterior porque los recursos no llegaban de forma completa a los beneficiarios y porque ahora el gobierno federal se haría cargo de todo, aseguraba el nuevo inquilino de Palacio Nacional.

A mediados de este mes se difundió un comunicado girado a diversas dependencias a las que se les pedía no entregaran recursos a organizaciones civiles.

El comunicado fue confirmado por el propio presidente de la república unos días después. El argumento fue muy endeble, él no conocía a organizaciones civiles de izquierda y la mayoría eran conservadoras. El golpe estaba dado.

La reacción del sector fue muy tímida. Sin embargo, coincidían que era un error calificar de esa forma a organizaciones de la sociedad civil que durante años han promovido y defendido los derechos humanos, han construido ciudadanía y han pavimentando el camino por donde transita la democracia mexicana, algunos han pagado con sangres y con sus vidas la defensa desde la trinchera ciudadana. No era justo el señalamiento del ejecutivo federal.

Nadie niega la existencia de organizaciones campesinas, obreras, sindicales y hasta empresariales que también han jugado un doble papel para intervenir en políticas públicas y justificar cambios estructurales. Uno de los casos más conocidos fue la intervención de empresarios organizados para incidió en la reforma educativa.

También hay que reconocer que dentro del llamado tercer sector hay quienes han obrado mal en el ejercicio de recursos públicos en complicidad de funcionaros federales.

Recordemos que el propio AMLO fue el promotor de organizaciones ciudadanas en Tabasco. En sus inicios de lucha compartió oficina con una organización de carácter ambiental.

Dos de las organizaciones promovidas por él continúan como las más importantes del estado por su independencia, apartidismo y profesionalismo.

Así mismo, la entrega de recursos públicos a estos gremios ciudadanos fue el resultado de un movimiento nacional que duró años y culminó con la aprobación de la ley federal de fomento a las actividades de las organizaciones de la sociedad civil que obliga al estado mexicano a apoyar las actividades realizadas por estas asociaciones.

En el caso de los centros de apoyos a mujeres que sufren violencia se dio reversa y se seguirán apoyando.

Lo mejor que puede hacer el gobierno federal es depurar su padrón de organizaciones civiles, eliminar a las que han hecho un mal uso de los recursos públicos y dejar a las que sí tienen un trabajo serio y a favor de los mexicanos. Hay que fortalecer el trabajo colectivo.

Haberes
En la sesión de Instalación del Consejo Estatal de Protección Civil 2019-2024, celebrado en el Palacio de Gobierno ayer, el gobernador de Tabasco, Adán Augusto López Hernández, anunció que dragarán el río Usumacinta (en Balancán), para garantizar el agua potable a la población. Manifestó que desde hace tres días la Comisión Estatal de Agua y Saneamiento se está haciendo cargo. Ayer armaron la maquinaria y hoy empezarán con el dragado.