Control del agua
“La mayor parte de nuestras desgracias resultan más soportables que los comentarios que de ellas hacen nuestros amigos”.  Charles Caleb Colto Enrique Muñoz González cayuco7@hotmail.com Hace cinco años las fuertes lluvias, -y el efecto de la luna se atrevió a decir el presidente Felipe Calderón Hinojosa-, provocaron una terrible inundación en la entidad, dejando daños […]
30 de octubre de 2012

“La mayor parte de nuestras desgracias
resultan más soportables que los comentarios
que de ellas hacen nuestros amigos”.
 Charles Caleb Colto

Enrique Muñoz González
cayuco7@hotmail.com

Hace cinco años las fuertes lluvias, -y el efecto de la luna se atrevió a decir el presidente Felipe Calderón Hinojosa-, provocaron una terrible inundación en la entidad, dejando daños millonarios a la infraestructura carretera, hospitalaria, educativa, así como daños incalculables a las miles de familias que perdieron todo, ahora con satisfacción se puede decir, los tabasqueños se han levantado y se encuentran de pie, ante la sorpresa de propios y extraños.

Lo sucedido en el 2007 fue algo que nadie imaginaba vivir, la naturaleza castigó fuerte a Tabasco,  se auguraba una dura etapa de reconstrucción, muy difícil, sin embargo el temple y la tenacidad de todos, logró que la recuperación aunque no sea total, al menos muestra a una entidad que ha podido superar la imagen de la tragedia, mirando hacia adelante, y dejando sólo en el recuerdo lo vivido.

La catástrofe quizá pudo ser evitada, hay quienes después de 5 años así lo siguen considerando, pero el hecho real dejó de manifiesto que por estar la entidad olvidada por la Federación, fue vulnerable ante las lluvias que llenaron los ríos y las presas, por carecer de obras de protección en zonas consideradas de alto riesgo.

Derivado por la magnitud de la inundación, el gobierno federal decide voltear los ojos hacia Tabasco, poniendo en marcha el Plan Hídrico Integral, y a pesar de que se ofreció dejarlo terminado en este 2012, no cumplieron, sin embargo, se asegura al menos las obras realizadas hasta el momento están funcionando, pues en el 2010 llovió igual o peor que en 2007, y las consecuencias no fueron iguales.

Al margen de las obras realizadas, de los conflictos sociales provocados por la Conagua al no pagar a los dueños de predios donde entraron a hacer obras, entre otros excesos de esa dependencia, vale la pena resaltar que cada tabasqueño hizo su esfuerzo para superar la crisis, con el apoyo de organismos sociales tanto nacionales como extranjeros, para poder decir hoy a cinco años de la tragedia, el panorama es diferente.

Nadie se quedó en la tragedia, aunque los apoyos institucionales no fueron suficientes, porque la pérdida fue total en casi un millón de habitantes, la tenacidad para salir adelante ha hecho posible el milagro de la recuperación, pues viendo las imágenes y videos de cómo se encontraba Villahermosa hace cinco años, muy pocos darán crédito que la imagen de esta ciudad sea diferente.

La economía se ha reactivado, las inversiones siguen llegando, los empresarios jamás pusieron en duda seguir generando empleos, por eso se ve una ciudad pujante; aunque los recursos del Fonden para que aterricen debe cumplirse con muchos trámites burocráticos, se ejercieron en los rubros más apremiantes, porque Tabasco no podía detener su marcha.

Ojalá la naturaleza no vuelva a ensañarse con Tabasco, y las autoridades federales no descuiden los apoyos para que se pueda atender con obras en tiempo los sitios en riesgo, pues si el cambio climático generó la inundación, no se debe perder de vista, esto apenas es el principio.

Para que Tabasco esté de pie, el mérito es de todos. El gobernador Andrés Granier Melo, no dejó solo a los tabasqueños, ni cada familia cayó en el desánimo por haberlo perdido todo, hoy en día mucho de lo dañado ha sido reconstruido, lo único que falta son las obras prometidas para evitar otra inundación, no han sido terminadas, la compuerta de “El Macayo”, es sólo una muestra.

Hoy en día nadie debe hacer escarnio de la tragedia, afectó a más de la mitad de los tabasqueños. Sin embargo como la mezquindad está en todas partes, desde el fin de semana ha habido comentarios en torno a los cinco años de la inundación, como si hubiera sido culpa del gobernador.

Se debe reconocer después de cinco años, Tabasco está de pie, y unidos en la adversidad se logró sacar fuerzas para demostrar una inundación no fue suficiente para doblegar a un pueblo. A cinco años de la tragedia, sólo queda agradecer a quienes contribuyeron para superar la tragedia.

La Piragua
Ahora resulta, todos los que tuvieron un lugar en el presídium en el evento del gobernador electo, Arturo Núñez Jiménez, el domingo en la Nave III, se sienten como integrantes del gabinete, al menos así lo andan manifestando muchos de ellos a sus allegados. Les falta madurez, la atención de darles un lugar es porque contribuyeron al triunfo el primero de julio, nada más.

***Reapareció ayer, Manuel Andrade Díaz, pero no quiso hablar del caso de las notarías que la Suprema Corte anuló; acudió a desayunar con Jaime Lastra Bastar y Carlos Madrazo Cadena, al hotel Quinta Real, y a la salida declinó dar su opinión, pese ha estar acostumbrado a hablar cuando se le pone una grabadora.

***José del Carmen Domínguez Narez, sí que está salado, siendo funcionario en el gobierno de Manuel Andrade, fue cesado por haber sido grabado coaccionando a transportistas en tiempos electorales; en recompensa por los favores realizados, se le asignó una notaría, y la perdió por el dictamen de la Corte.

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