Ferdusi Bastar Mérito
Rumbo Nuevo
Los conflictos generacionales siempre han existido. En nuestra existencia, todos vivimos diferentes tiempos, y valga la redundancia, al mismo tiempo. Los tiempos de los abuelos, no son los mismos de los que ya están viviendo los nietos, pero ambos coexisten.

La juventud es rebelde. Debe ser rebelde. Esa es su esencia. Solo ella puede modificar la realidad que vivimos, lo que nos permitirá avanzar hacia un mundo mejor.

Sócrates, 450 años antes de Cristo, dijo de los jóvenes de su época: “Nuestra juventud gusta del lujo y es mal educada. No hace caso a las autoridades y no tiene el menor respeto por los mayores de edad. Nuestros hijos son hoy unos verdaderos tiranos. No se ponen de pié cuando una persona anciana entra. Responden a sus padres y simplemente son malos”.

Pero aún más lejos, Hesiodo, dijo 720 años antes de Cristo: ”Ya no tengo ninguna esperanza en el futuro de nuestro país, si la juventud de hoy, toma mañana el poder. Porque esta juventud es insoportable, desenfrenada y simplemente horrible”.

Pero vámonos aún mucho más lejos. Un sacerdote judío dijo 2,000 años antes de Cristo, de los jóvenes de su tiempo:

“Nuestro mundo llegó a su punto crítico. Los hijos ya no escuchan a sus padres y el fin del mundo no puede estar muy lejano”

Pero si todo lo anterior nos parece poco. En un vaso de arcilla, de 4,000 años antes de Cristo, hallado en las ruinas de Babilonia, encontramos la siguiente inscripción: “Esta juventud está mal lograda hasta el fondo del corazón. Los jóvenes son malhechores y ociosos. Ellos jamás serán como la juventud de antes, la juventud de hoy no será capaz de mantener nuestra cultura”.

Las críticas a nuestros jóvenes, siempre han existido, y contrario a criticarlos, lo que debiéramos hacer es apoyarlos y estimular su rebeldía y su capacidad creadora, que transformará nuestro mundo. Y será para bien.

La única prohibición que debiéramos aceptar, PROHIBIDO PROHIBIR.