Conciencia de prensa
Que pidió auxilio a los vecinos de la colonia; que gritó diciendo era periodista y fue que gracias a muchas mujeres que se armaron de valor es que los tipos no llegaron a más. Oem 241107 Erwin Macario Rodulfo Reyes —que, en este gobierno, felizmente, está convertido en la conciencia de la prensa— me ha […]
13 de octubre de 2014

Que pidió auxilio a los vecinos
de la colonia; que gritó diciendo
era periodista y fue que gracias
a muchas mujeres que se armaron
de valor es que los tipos no llegaron
a más. Oem 241107

Erwin Macario

Rodulfo Reyes —que, en este gobierno, felizmente, está convertido en la conciencia de la prensa— me ha hecho escudriñar las escrituras, lo escrito. En ello ando. Desde hace un tiempo, el colega ha tomado, que bueno, el papel de censor: “A diferencia de la opinión del ciudadano común, que con razón se manifiesta inconforme contra los abusos de poder y así lo manifiesta en sus escritos, los individuos de marras son identificados porque hacen supuestos análisis para calumniar a quienes no les dan dinero”, publicó en el Heraldo de Tabasco el 25 de septiembre pasado.

Se refería a lo que se trasmite a través del programa Telerreportaje, de Chuy y Emmanuel Sibilla Oropesa, aunque los exculpa. Así lo dijo: “Los dueños o responsables de los espacios no tienen culpa alguna, pues ellos cumplen con darle voz al pueblo con lenguaje de pueblo, pero con esto lucran los extorsionadores”.

El 3 de octubre de 2007 se dijo en esta columna: La amistad y el respeto valen más que estos “Huimanguillos” en el arroz y que algunos comensales que, porque no me conocen, piensan y prejuzgan que, en algunas de esas mesas, mi trabajo es de oreja del Gobierno. Nunca he negado mi pertenencia a un partido ni mi amistad con los que han gobernado Tabasco, desde Mario Trujillo; con la excepción de Enrique González Pedrero, que ahora sí considero mi amigo (al igual que lo fue Manuel R. Mora). Pero jamás he traicionado la confianza de alguien llevando chismes a los funcionarios de Gobierno.

Este “sospechosismo” y la desconfianza entre quienes debían reunirse en torno a la profesión periodística y entender la tolerancia y la pluralidad, ha desvirtuado algunas mesas.

Uno de los comensales de la Cencalli Table, Rodulfo Reyes, da el mejor ejemplo de lo que está sucediendo. En su columna, De primera mano, dice el 2 de octubre (de 2007, claro): Hoy sesiona ”La mesa de a lado”, una nueva propuesta entre amigos del gremio que no se despedazan entre sí.

Algo así viene sucediendo en otras mesas en las que se nota diásporas. Y es que entre los mismo colegas hay quienes no soportan que alguien sea amigo de tal o cual político; otros, leones de condición, se espantan de no hallar, en el cuello de todos, la marca de la soga, de la correa. No hay tolerancia en ellos, no hay pluralidad y, así, las mesas pierden comensales. Tan humano que es escuchar las razones de los demás.

Una vez, el mismo Rodulfo, Homero Calderón y yo escribimos al mismo tiempo, en nuestros tres periódicos en los que publicábamos nuestras columnas, un llamado con el mismo título: “Pistoleros al amanecer”. Desde entonces pugnábamos porque entre los periodistas no nos agrediéramos. Lo que ahora dice Rodulfo confirma que las cosas no han cambiado mucho.

¿Qué diría Rodulfo si yo saliera en defensa del presidente municipal de Centro porque le dice, sin decir el nombre, en la misma columna que comento: “Algunos prospectos a la gubernatura no se miden y hacen todo por estar en el centro de la polémica, llegando al grado de mostrarse en los establos de los adversarios de sus partidos”, en clara alusión a la asistencia de Evaristo Hernández a un evento del PRD. ¿Intolerancia periodística? ¿Combate al pluralismo? Y conste que Evaristo no es santo de mi devoción, pero no he tenido tiempo de censurarle sus errores como alcalde.

Los archivos que poseo me darían material para más en el tema. Pero eso de la mesa que más aplauda sólo es una broma. Así le decía yo a la misma del Cencalli. (Hasta aquí lo pasado).

Hoy, lunes 13 de octubre, le hago toda esta larga introducción al amigo Rodulfo, porque en mi muro de Facebook  ha dado su luz porque en una fotografía de un destartalado transbús digo: “Se están desbaratando. Ahora ni los lavan. Claro que, antes, el negro Aquiles los obligaba llevarlos a la lavadora de Fabián Granier, cerca de Cinépolis”.

Como escribí hace siete años, tengo que reconocer, “que (otra vez) Rodulfo confirma que las cosas no han cambiado mucho”.

—Sigues con el difuntito Granier, licenciado —comentó. Y en el diálogo intenta ironizar: “Un saludo al valiente periodista Erwin que se atreve a denunciar la corrupción de Andrés Granier!!! Prohombres como el gran Macario necesitamos!!!”.

Aclarado que la crítica fue contra Fabián, queda pendiente escudriñar a fondo. Que Rodulfo se erija en la conciencia es bueno para lavar honras pasadas. Al colega se la ha visto hasta pedir que el gobernador Núñez gane solamente 60 mil pesos mensuales. (TH280712) ¡Menos de lo que ganan algunos periodistas!

A Rodulfo se le involucró en lo que La Verdad del Sureste llamó, el 4 de diciembre de 2001, descomunal atraco de la prensa carroñera madracista..

Pero también ha sido víctima de atropello de judiciales como expresa el epígrafe de este día.

Se entiende, y aplaude, pues, su papel de censor, de vigilante del buen periodismo.

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