Columna ABC…
Crystiam Estrada Sánchez vinculacioniaptab@hotmail.com A muchos padres he observado que mal educan a sus hijos. En lugar de explicarles lo mal que están y castigarlos por ello, no les dicen nada se ríen y siguen como si nada. Por ejemplo, en el mercado me tocó ver a una señora cargando una bolsa del mercado, y […]
17 de enero de 2016

Crystiam Estrada Sánchez
vinculacioniaptab@hotmail.com
A muchos padres he observado que mal educan a sus hijos. En lugar de explicarles lo mal que están y castigarlos por ello, no les dicen nada se ríen y siguen como si nada.

Por ejemplo, en el mercado me tocó ver a una señora cargando una bolsa del mercado, y cuando está le dijo a su hijo (de como unos 10 años de edad) ayúdame a cargarla, este le contestó, para qué le metes más cosas si no la vas a aguantar. Al escuchar tal respuesta no me espanté.

Lo que me dio tristeza, enojo, impotencia y más, fue que la señora lo que hizo fue, voltear la cara, seguir caminando y seguir comprando. Eso sí me dejó perpleja, pues no cabe duda que los padres somos los que educamos en todo a nuestros hijos y si lo hacemos bien, podremos dejar en este mundo hombres y mujeres de bien, seres humanos que ven al prójimo como igual, que conocen sus obligaciones, pero también sus responsabilidades.
En tiempos míos, de haber contestado eso, me rompen la boca de una bofetada y me castigan.

Una tarde que mi padre me dio la orden de traerle una bolsa de algodón que estaba en su cuarto, me esperé a terminar lo que hacía y le dije, ahorita voy, mi padre esperó unos cinco minutos y a mí por su puesto s eme olvidó lo que me dijo porque no le di importancia. Se acercó a mí y me repitió: Trae la bolsa de algodón que está en mi cuarto por favor y le contesté lo mismo: Ahorita voy. Sólo recuerdo que sentí sus manos y me tomó de la patilla y jalándola, me llevó caminando hasta su cuarto y me puso frente a la bolsa de algodón, diciendo: Es la primera y última vez que te pido algo y no me obedeces, estas castigada sin jugar y vas a estar haciendo planas para aprender cosas de la escuela y de cosas que debes aprender de casa. Y así fue, toda la semana me quedé castigada sin jugar por las tardes y además no me dieron mi domingo en aquella vez.

Bien me aplicó el castigo y el jalón de patilla, porque jamás volví a hacerle tal grosería a mi padre. Aprendí a que si alguien me pide algo y está en mis manos hacerlo, hay que apoyar, respetar y obedecer.

No se trata de decir eran otros tiempos, nada que ver. Somos padres y debemos educar a nuestros hijos, claro, si no queremos que los eduquen en la calle y ahí las leyes y las reglas, si son más duras.

Cualquiera diría a esta qué le importa el cómo educo a mis hijos o hijo, efectivamente, a mí qué me importa y no debo entrometerme, pero entonces dejemos de quejarnos del por qué algunas personas son de tal o cual forma, dejemos de espantarnos de ver adolescentes y jóvenes en grupos delictivos y delinquiendo, dejemos de correr a la hija de casa porque salió embarazada, dejemos de quejarnos de todo. Lo que debemos hacer es que por lo menos en casa, nos hagamos responsables de la educación de nuestros hijos, de los que están mal educados y en la calle, alguien se encargará.

Gracias a Dios por mis hijos, por la vida, por la familia, el trabajo, la salud y la vida. Gracias a usted por educar a sus hijos y que Dios nos ayude a hacerlo sabiamente.

Comentarios

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P.D. ¿Hay algo tan significativo para ti que incluso podría costar un peso, pero no lo venderías por cantidad alguna?

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