Columna ABC…
Crystiam Estrada Sánchez vinculacioniaptab@hotmail.com A quienes somos padres de familia, tenemos sobrinos o conozcamos niños, se han o no sean de nuestra familia, va dirigido este mensaje. Nos preocupa la inseguridad, pero sobre todo que a alguien de nuestra familia le suceda algo y más, que atenten contra su vida. Pero entonces, ¿Por qué estamos […]
5 de marzo de 2017

Crystiam Estrada Sánchez
vinculacioniaptab@hotmail.com
A quienes somos padres de familia, tenemos sobrinos o conozcamos niños, se han o no sean de nuestra familia, va dirigido este mensaje.

Nos preocupa la inseguridad, pero sobre todo que a alguien de nuestra familia le suceda algo y más, que atenten contra su vida. Pero entonces, ¿Por qué estamos tan apáticos a conocer y practicar medida de seguridad, en casa, en la colonia, en la entidad donde vivimos?

Parte del hecho de estar seguros, es cuidándonos nosotros y a nuestros seres queridos, para ello, debemos tomar medidas de seguridad o de precaución, que nos permitan crear ese ambiente de seguridad y certidumbre que tanto ansiamos.

Eduquemos a nuestros niños a ser y no a tener, el ser es mejor pues nos hace más felices y humanos, el ser nos permite ver en carne propia y sentir lo que los otros sienten, pero también nos permite ayudarlos y tenderles la mano. Tener nos obliga a algo, a lo material, a depender de cosas y aspectos de la vida que son efímeros, que no se pueden preservar y mucho menos, nos ayudan a bien vivir.

Si vivimos para tener, tener y tener, nos preocupará más no perderlo, pero también nos hará más aprensivos y materialistas; la verdad, es que cuando morimos, no nos llevamos nada.

Busqué el otro día que acudí a un centro de entretenimiento, a los padres de tres jovencitas que llegaron solas al lugar y se sentaron a esperar a alguien, mi sorpresa fue que dieron la 1 de la mañana en ese lugar y las chicas, muy guapas por cierto y de entre 18 y 20 años de edad, ya estaban alcoholizadas y en compañía de dos hombres de aproximadamente 45 o 50 años, mismos que las abrazaban a las tres y tocaban a cómo podían.

Mi sorpresa fue, cuando una de ellas empezó a besar a uno de los hombres que encontraron dentro del lugar y las otras también, digo, no me espanto, he viajado por Europa, Asia y Centroamérica, he vivido sola en la universidad en Puebla y luego en mi estancia en Pennsylvania; esas cosas no me asustan, les repito, me sorprendí porque las jóvenes sin temor a nada enloquecieron con el alcohol, hasta irse con los dos hombres que las acompañaban, me sorprendí, sobre todo porque somos los mismos padres que pedimos seguridad y no somos capaces ni de cuidar a nuestros hijos, queremos que el gobierno lo haga, pedimos que se acaben los delitos y somos nosotros mismos los que exponemos a nuestros hijos.

Cierto es que se deben divertir y salir con sus amigos, pero, ¿qué medidas de seguridad tomamos, quienes son sus amigos? ¿cómo se divierten y qué les gusta a nuestros hijos? ¿son nuestros hijos, niños que educamos para querer o para tener? Si somos de esos padres de familia que dejamos a nuestros hijos vestir de manera provocativa, que salgan de casa y regresen a la hora que ellos quieran, que se les compra lo que ellos quieren y cuando quieren, que mienten y no verificamos si lo que dicen es verdad o falso, que insultan al padre o a la madre si no están de acuerdo, que no hacen ninguna labor o tarea en hogar, que no respetan, no conocen la tolerancia, el amor al prójimo, que permitimos que nuestros hijos roben, maten y generen violencia…….. entonces, ¿qué le reclamamos al gobierno? Y ¿de qué nos quejamos?

El buen juez, por casa empieza.
Gracias a Dios por los hijos, la familia, los hermanos, por la vida, la salud, el trabajo, los amigos, por todo lo que me da, gracias Señor. Gracias a usted por su tiempo de lectura y que Dios nos bendiga.
Comentarios www.freewebs.com/columnaabc
P.D. ¿Hay algo tan significativo para ti que incluso podría costar un peso, pero no lo venderías por cantidad alguna?

Compartir: