Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo
En el nombre lleva la vida: «Corazón». Así, con la profundidad de la palabra sin los apellidos como accesorios civiles, la sola pronunciación del órgano vital conmocionó al Teatro «Esperanza Iris» durante la celebración del Día de la Enfermera (y de enfermeros ahora que trascienden políticas públicas de género), acto que presidió la señora Dea Isabel Estrada de López, presidenta del Sistema Estatal DIF Tabasco.
En medio de la ovación de un recinto lleno en su aforo, un casi imperceptible movimiento en la primera fila de la columna central, fue tomando fuerza hasta aparecer rumbo al proscenio. Era la menuda figura de Corazón Ortega Velázquez, avanzando para recibir un «reconocimiento especial por trayectoria» tras fungir como jefa de enfermeras de la Secretaría de Salud de 1986 a 1994.
Ocho años de servicio jerárquico que se suman a más de tres décadas previas en el servicio sanitario que recibió un reconocimiento unánime, una ovación prolongada de representantes de diversas generaciones de trabajadores de la salud en Tabasco. La coronación de la gratitud se prolongaría hasta la conferencia magistral de la doctora Martha Lamas.
«En este ambiente cálido y solidario», dijo la antropóloga y feminista al expresar la sorpresa que le causó la unidad del gremio paramédico entorno a las galardonadas y galardonados por años de servicio, particularmente con Corazón Ortega Velázquez, tanto así —bromeó—, que puso en duda el dicho popular mexicano según el cual «mujeres juntas, ni difuntas».
Pues si pero la escritora fue testigo y escuchó las palmas con la cual el auditorio, mayoritariamente compuesto por mujeres, respaldó cada uno de los recocimientos que la esposa del gobernador Adán Augusto López Hernández entregó a más de una decena de trabajadores de la salud.
María Victoria Hernández, Elizabeth Murrieta Triano, Rosa María Arriaga fueron las primeras en recibir medallas al mérito luego que el maestro de ceremonias diera lectura a cada una de sus biografías personales y profesionales tras la protesta protocolaria al juramento a la enfermera en sus respectivas casas de estudios superiores.
Y la solidaridad del gremio se extendió también a Maribel Suárez Zapata, Marlene Hurtado Torres, Francisco Lázaro Coronel, Miguel Hernández Cerino, Josefina García Sánchez, Leticia Chablé Feria y Griselda Hernández Almaguer, todos enfermeras y enfermeros de la Jurisdicción Sanitaria del Municipio de Centro, por ejemplo, o del Hospital de Especialidad «Juan Graham Casasus», IMSS, ISSSTE, ISSET, SEDENA, SEMAR, de Pemex o de algunas universidades privadas, respectivamente.
Silvia Guillermina Roldán Fernández, secretaria de Salud, en representación del Ejecutivo, resumió el valor social de enfermeras y enfermeros: «Son el corazón de los hospitales…»

Con ese reconocimiento, se refirió a Corazón Ortega Velázquez que, de nuevo ocupaba un lugar en la primera fila: «¡Corazón!, representa experiencia, disciplina, capacidad, compromiso, solidaridad y amor al prójimo…»
Todo el escenario quedó listo para que, a capela, el licenciado en enfermería Sergio Marín Hernández, entonara el Himno a la enfermera:
«¡Unidas enfermeras mexicanas/ Mano a mano por un México mejor! / ¡Forjemos un mundo saludable / con servicio, entrega y valor (coro).
«Andando del día al ocaso/ Ganando el paso a la alborada/ Surcando las calles y caminos / Así es la enfermera mexicana. / Incansable es tu vocación / Son tus manos dadoras de salud / Entregada al servicio de nación/ Por el sueño de un mundo sin dolor…»
Martha Lamas, la luchadora feminista desde siempre la disertar la conferencia» Derecho a decidir, los dilemas laborales de las enfermeras y enfermeros en México», volvió a agitar el corazón del gremio: «Me consta que cura más la enfermera que el médico…»