Cayuco
Sigue fallando Agustín Silva en SCT “Hay gente que oye pero no escucha, ve pero no observa, quiere pero no ama, promete pero no cumple” Anónimo Enrique Muñoz González cayuco7@hotmail.com, Mucha gente se pregunta, cuales son las ocupaciones de Agustín Silva Vidal, pues puede hacer de todo, mebos Secretario eficiente del trasporte, lo que viene […]
9 de junio de 2016

Sigue fallando Agustín Silva en SCT

“Hay gente que oye pero no escucha,
ve pero no observa, quiere pero no ama,
promete pero no cumple”
Anónimo

Enrique Muñoz González
cayuco7@hotmail.com,
Mucha gente se pregunta, cuales son las ocupaciones de Agustín Silva Vidal, pues puede hacer de todo, mebos Secretario eficiente del trasporte, lo que viene siendo su responsabilidad al frente de la SCT, no se ven resultados a la vista, por más que se quiere indagar y encontrarle acciones positivas, no hay solo discurso, alguna numeralia pero en la realidad no hay absolutamente nada y eso que le fue entregada una Secretaria saneada y que trabajaba con eficiencia.

Como operador político, Agustín Silva tiene muchos méritos que le reconoce el mismo gobernador Arturo Núñez Jiménez, por eso no se descarta que pudiera participar en la renovación de la dirigencia del PRD cuando lleguen los tiempos, ya que si algo tiene, es dialogar y consensar con las tribus, para acordar acciones y sale avante en las encomiendas que le asignan. Para eso se puede decir que medio funciona.

Sin embargo, Agustín Silva como titular de una de las dependencias del gobierno más sensibles en cuanto a servicios a la población, está dejando mucho que desear, porque el servicio de transportes cada día es pésimo, sin que se vea voluntad de poner orden ante los reclamos que a diario hacen los usuarios, a través de redes sociales, noticieros de radio y televisión. No hay día que no se den quejas, y la respuesta del funcionario sea la misma, que se van a revisar los casos para darle atención, pero nunca ocurre nada.

Hay muchos casos de negligencia en el sector, el pirataje sigue siendo el talón de Aquiles de Agustín Silva, pareciera que no hay interés por resolverlo, o que se les permite trabajar en forma tolerada, quizás porque generen un dividendo económico inconfesable. El caso es que una de las políticas públicas que debería ser eficiente está fallando y lo más grave de todo esto, es que los señalamientos van contra el jefe del ejecutivo, no contra el funcionario público, que insistimos, no entendemos porque no atiende la situación.

El servicio de taxis piratas es la queja del diario de las uniones organizadas, hubo también un reclamo porque pretendían apagar el clima, afortunadamente en este asunto se aclaró que no había vencimiento de convenio alguno, debido a que la Ley de Transportes establece la forma como deben dar el servicio, el cual tenemos entendido es obligatorio de 8 de la mañana a 8 de la noche; a pesar de eso, todavía se pueden ver algunos ruleteros con los vidrios abajo.

Cuando en noviembre del año pasado hubo la quemazón de 47 unidades del Transbus, pese a tratarse de una empresa privada, la SCT tuvo que intervenir para que el servicio se siguiera prestando con normalidad, solamente fue unas semanas que se trajeron camiones de otros municipios para cubrir el déficit en los diversos corredores urbanos, pero ya no continuaron, solamente cubren la demanda de transportes con las pocas unidades que les quedan.

Han transcurrido siete meses de lo ocurrido en el Transbus, y el servicio cada día está peor. Las unidades si no les sirve el timbre, el clima es deficiente, los choferes ya ni corbata usan, han venido a menos, sin que la SCT intervenga, cuando es su deber tener supervisión permanente para ofrecer un servicio de calidad y calidez por el cual el usuario paga un pasaje más elevado que el de las combis que todavía siguen circulando, pese a que se dijo, serían renovadas en su totalidad, pero aún están vigentes unidades chatarras.

Con el Transbus se dice que podría desaparecer, otras versiones apuntan a reorganizar la empresa con un fideicomiso que por el momento no se sabe en manos de quienes se encuentra, el caso es que mientras deciden lo que van a hacer con este servicio de transporte, es el usuario el más afectado, porque la frecuencia de una unidad con la otra en las rutas es de hasta 25 a 35 minutos, ante la impotencia de la gente, porque ni quejarse quieren, al saber que no van a prosperar los reclamos.

En otros tipos de transporte, como el escolar igual hay problemas de pirataje, esto debería regularse porque quienes lo usan, son padres de familia que ponen la seguridad y traslado de sus hijos en agrupaciones que deberían estar registradas legalmente para tener a quien recurrir en caso de algún accidente; no hay interés en poner orden. De los pochimoviles, es renglón aparte, porque en cualquier localidad donde se presta este servicio, hay más piratas que unidades regularizadas.

En Gaviotas hay 300 pochimoviles regularizados, pero hay otra cantidad similar piratas, a inicio de año protestaron cerrando los accesos al puente Grijalva II, hubo la promesa de atender los reclamos, a la fecha no hay solución a este problema: en localidades como Ocuilzapotlán, Luis Gil Pérez, Parrilla, también hay desorden, sin que las autoridades pongan interés para que haya orden y se garantice un servicio eficiente a la población.

Con evidencias reales, Agustín Silva demuestra que no se encuentra trabajando con responsabilidad y de tiempo completo en el sector; ya le nombraron a Alipio Ovando Magaña como Subsecretario, lástima que desconoce el sector, como para considerar que dará la cara por la SCT. Ni siquiera pueden regularizar las paradas en los alrededores del mercado “Pino Suárez”, donde los ambulantes ya las acapararon, y nadie dice nada.

La Piragua
Como operador político, Agustín Silva ha sabido cumplir a medias , ni quien se lo discuta, él sabe que las cosas no funcionan en la Secretaria, si realmente lo evaluaran, seguramente dejaría su lugar en la SCT a quien si pueda ir a poner orden, porque de seguir así, se puede llegar a la anarquía total, los transportistas solo esperan la oportunidad para seguir haciendo de las suyas, al no tener una autoridad que les ponga mano firme.

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