Cayuco
Magistrados y jueces tocan fondo Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabaras formando parte de ella. Joan Baez Enrique Muñoz González cayuco7@hotmail.com Acostumbrado a las viejas prácticas, el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar parece asombrado de que ahora sí los dejen trabajar. […]
11 de octubre de 2019

Magistrados y jueces tocan fondo

Si no peleas para acabar con
la corrupción y la podredumbre,
acabaras formando parte de ella.

Joan Baez

Enrique Muñoz González
cayuco7@hotmail.com
Acostumbrado a las viejas prácticas, el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar parece asombrado de que ahora sí los dejen trabajar. Los tenían asoleados de sombra a sombra jugando a dictar sentencias en la imaginación de ellos mismos. El juez, que es la viva imagen de la libertad y la justicia, no ejercía ni una ni la otra.

No es novedad que uno especule cosas sobre lo que se murmura en el Poder Judicial de la Federación o en cualquier centro de justicia sobre alzar el dedo para señalar quien si merece o no la justicia sin abrir el libro del caso. En el lejano sexenio del 2006 al 2012 pasaron muchas cosas. Casos y cosas que se quedaron guardados bajo el gobierno de Felipe Calderón que ya es investigado por extorsionador.

Faltaba nada más el cartel de «se busca” con la cara del némesis de Gerardo Fernández Noroña en la entrevista que le hizo Canal Once a Arturo Zaldívar para darnos cuenta del tamaño de la piedra que los de la judicatura tenían en el zapato. No hacían lo que tenían que hacer sino que eran amenazados por Felipe Calderón para hacer que el crimen organizado fuera mucho más importante que cualquier cosa.

El presidente, los jueces y el crimen paseaban tomados de la mano, haciendo de los separos y de las fiscalías un chiste. Porque no importaba el rango, si hasta al mismo Zaldívar sufrió de presiones y le tocó ser testigo de las mañas de Calderón, qué esperábamos nosotros en ese entonces como presidente. Si ya veía chueco desde la misma central de la justicia.

El presidente Andrés Manuel los deja ejercer como debía de haber sido tiempo atrás. No denuncian presiones ni las famosas “recomendaciones” los aires de libertad llegan a la Suprema Corte. Hay menos presión en los asuntos de justicia, aunque sigue siendo un panorama que falta por desmorrar, hay muchas cosas por investigar y mucha gente por enjuiciar, pero ya los jueces piden la palabra para decir que las cosas van a ser distintas.

Pero como Poncio Pilatos, Felipe Calderón se lavó las manos diciendo que él no hizo nada. Indignado, exigió que le diga bien, con pruebas, pelos y nombres a quién le hizo tanto daño y a quien protegió y porqué no lo hizo antes. Que de seguro fue el mismo Andrés Manuel que lo hizo decir esas cosas. Y ahí sí comparto un poco la pregunta del expresidente ¿por qué decirlo un sexenio después?

Pena de muerte si lo decía en el de Calderón pero piénsenlo, hubiese sido buena estrategia para el PRI, como la capa de super héroe en su regreso triunfal a la presidencia. Ahí Enrique Peña Nieto las tenía para ganar y demostrar que la pausa al régimen tricolor fue error de dedo.

“Yo dejé de ser presidente desde hace 10 años, por qué no lo dijo antes, solo cuando tiene que defender al presidente. Lo penoso de esto, la influencia del tema es que lo diga como un argumento, además sin precisión de circunstancia de modo, tiempo y lugar, lo diga casi una década después, y lo diga a propósito de buscar un argumento, malo, por cierto, para defender al presidente de la República” arremetió el expresidente en entrevista con Carlos Loret de Mola.

A lo que en la memoria de la historia salió a relucir el caso de la Guardería ABC en donde fue el mismo ministro Arturo Zaldívar que puso el caso en la Suprema Corte de Justicia de la nación para que, como dice todo político ante una desgracia, “se de con los responsables para que paguen por el crimen” pero una orden suprema vestida con una banda tricolor mandó a que todos votaran en contra de ese caso. No cabe duda que cuando en las marchas le dicen “asesino” a Felipe Calderón es porque tiene más que ganado el mote.

“Yo gané, me la robaron, pero los castigó Dios”
Es como el típico chisme que se cuentan las vecinas donde dicen “Mira, no voy a decir nombres, pero y dicen hasta la más mínima cicatriz del susodicho pero cuidando no decir el nombre. Esa misma la aplicó Miguel Barbosa, el gobernador no deseado de Puebla, al decir que la lucha por la gubernatura fue a machetazos porque “los querían extinguir» ay mojo, ni que fuera mamut. “No pudieron detenernos y con la ayuda de ustedes ganamos. Me la robaron, pero los castigó Dios”.

¿A quién castigo Dios? La respuesta está en el 24 de diciembre pasado donde la nueva gobernadora Martha Ericka Alonso y el exgobernador su esposo Rafael Moreno Valle realizaron un vuelo con trágico final, aunque muchos cambian el “trágico final” por “final desconocido”. Pero no creen que haya sido “Diosito” el verdadero juez del castigo en ese fino y emotivo discurso, las dudas reaparecen.

Pero pese a que no se ha cumplido el año de este avionazo, para Miguel Barbosa han sido 19 meses difíciles. Quizá ya le salió lo vidente y desde antes de saberlo ya andaba acongojado. Barbosa últimamente se da unos comentarios que no tienen coherencia, ¿será que siempre andará con la pachita bajo el brazo por todo el reino animal? Es el político non grato que no ata ni desata, no figura ni protagoniza para bien en las encuestas.

Ni los de Morena lo quieren saludar en los eventos. Le huyen para que no los comprometa en un mal comentario porque mal que bien él ya es gobernador, no cualquiera. Puebla parece haber detenido su actividad, con Moreno Valle se podía presumir de obras por doquier. Con Barbosa ni la seguridad se puede presumir, Puebla se descompone día a día.

La Piragua
La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción en Tabasco ya no sufre por los seudo sindicatos que les cobraban derecho de piso por trabajar por lo que las construcciones públicas y privadas se están regularizando.

Va pintando bien el camino después de que medio mundo brillara por la ley que decían era una violación a la libertad de expresión. Los constructores ahora no se quedan cortos al quitar parte del presupuesto para los moches y “manos de obra” invisibles que les quitaban tiempo y recursos y por lo que luego había obras a medio construir.

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