Guerra sucia, daños colaterales y disculpas después de 4 décadas

“Si yo estoy viva
tú nunca estarás muerto”

Martha Alicia Camacho

Enrique Muñoz González
cayuco7@hotmail.com
Con la mano empuñada al cielo y con la fotografía de su esposo al pecho, Martha Alicia Camacho recibió 42 años después la primer disculpa pública por parte del Estado Mexicano que aunque sabe, no va a regresar con vida a José Manuel Alapizco, por lo menos puede ver a los ojos al entonces incuestionable e intocable mandato de presidentes priístas, pero más de quien el día de la muerte de su esposo en 1977 se enlodaba en su propia guerra sucia: José López Portillo.

Porque era como una estafeta de mando que se pasaban de generación en generación los presidentes que estuvieron entre los años de 1960 a 1980. Estafeta a la que llamaban “guerra sucia” que no eran más que medidas represoras para los que buscaban otra alternativa política, otros ideales. Y el mejor ejemplo y más conocido es el Movimiento del 68, donde a pesar de ver cuerpos inertes sobre la Plaza de las Tres Culturas, hubieron hombres que fueron desaparecidos, nombres que borraban de las listas de búsqueda a una conveniencia fervientemente política asesina.

Pero aunque Tlatelolco se recuerde más como pasaje sangriento en la historia mexicana, solo fue el inicio del monstruo de desapariciones y asesinatos y Martha Alicia Camacho y su esposo José Manuel Alapizco fueron parte de esos movimientos sociales y políticos que terminaron en tragedia personal, que golpeaba a la puerta de forma intempestiva al régimen priísta. Fueron parte de la Liga Comunista 23 de Septiembre y ese fue su pecado.

La Liga Comunitaria 23 de Septiembre fue una organización político militar mexicana de ideales marxista que, de manera clandestina, luchó por la creación de un partido y un ejército revolucionario para la toma del poder político del proletariado, la revolución socialista y la instauración del comunismo a nivel internacional donde su manera clandestina fue ganando simpatizantes. Fueron responsables del intento de secuestro de Eugenio Garza Sada que terminó en un enfrentamiento y con la vida del empresario.

Con ocho meses de embarazo, Martha Camacho acompañaba a su esposo en estos hechos que unos llaman “de valientes” y otros “de revoltosos y vándalos” cuando fueron detenidos por policías estatales y miembros de la extinta Dirección Federal de Seguridad 49 días. Vio como asesinaban frente a ella a su esposo y vio su cuerpo desaparecer, no le dijeron a donde lo llevaron a tirar. Dio a luz en medio de su secuestro, en condiciones deplorables y era torturada física y psicológicamente. Narra que a su recién nacido le ponían una pistola en la cabeza.

A nombre del Estado Mexicano, Olga Sánchez Cordero hizo pública la disculpa por las transgresiones a sus derechos en el marco de las violaciones graves, generalizadas y sistemáticas a derechos humanos ocurridas en un contexto de violencia política del pasado, en el periodo histórico conocido como “Guerra Sucia”. “Le ofrezco una disculpa por la violación a su derecho al acceso a la justicia y a conocer la verdad sobre los hechos, así como el paradero del cuerpo del señor Manuel Alapizco Lizárraga, ante los obstáculos y la dilación de las instituciones encargadas de impartir justicia”.

Y aunque su caso era archivado y olvidado, la señora Camacho aceptó con un abrazo de la secretaria de gobernación la disculpa y pide sea la puerta abierta a los casos que aún esperan con vela encendida a que sus esperanzas no sean apagadas. Fue compromiso del presidente Andrés Manuel López Obrador el investigar que ha pasado con todos los desaparecidos, una piedra en el zapato de la mayoría de políticos.

Esta disculpa es el proceso de reconciliación nacional y paz social de la que habla el presidente, y si tiene que empezar con hechos históricos que no fueron en su año, pese al dicho «lo que no es en tu año no te hace daño” el gobierno de la 4T tiene como orden reconocer las culpas de mandatos anteriores para hacer un “borrón y cuenta nueva” aunque es difícil para quien perdió a un hijo, a un padre, una madre. Méjico ha visto cientos de movimientos sociales de los que luego no se sabe qué pasó con sus protagonistas.

“El futuro es de las naciones
soberanas e independientes”
El presidente Donal Trump cayó de sorpresa en la reunión de la ONU. No esperaban que el presidente llegara a las reuniones con líderes del mundo que comparten una ideología diferente, más apegada a la paz, a la libre migración, a la importancia del cambio climático. A todas esas cuestiones que a Donald Trump no le interesa ver porque según él ahí no está el negocio. En un espacio de “sana convivencia y alegres debates” el presidente salió sobrando con su bandera negra de guerra para China y Venezuela.

Trump comenzó su discurso alabando (más bien mofándose) de el lugar en dónde estaba llamándolo «el escenario más grande del mundo». Pero, cambió el ritmo del suave vals a una atropellada melodía sobre sus propios intereses, donde habló de la defensa del patriotismo y los derechos a portar armas, hasta sus críticas a globalistas y defensores de fronteras abiertas e inmigración. Nadie daba crédito de lo que decía y eso encendió la mecha de los demócratas, quienes ya tienen varios planes para pedir su destitución.

En su discurso de 37 minutos despedazó a Venezuela diciéndoles que eran el claro ejemplo del fracaso del socialismo y a Nicolás Maduro lo nombró como “títere de La Habana”. A China tampoco le fue bien en el discurso del presidente Trump, acusó a Pekín de burlar el sistema y robar la propiedad intelectual pero ya dijo que para esas malas prácticas, ahí les van más aranceles. Irán se ganó el apodo de “sedientos de sangre”. Eso sí, alabó a las grandes naciones “patrióticas” que protegen a sus ciudadanos y respetan a sus vecinos, ¿hablará solo de él?

La Piragua
La tarde de ayer con 421 votos a favor, cero en contra y 25 abstenciones, queda aprobado en la Cámara de Diputados la reforma para prohibir la condonación del pago de impuestos a las grandes empresas, esto a iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador.

De esas pocas veces que tiene la Cámara, la bancada de Morena y la oposición coincidieron en la propuesta de que las grandes empresas no deben evadir la responsabilidad hacendaria, que sean como cualquier persona física.