Camino a la cultura
Motiva saber que sólo con educación se lleva a los pueblos a superar los obstáculos grandes y pequeños. Arturo Núñez Jiménez / Prólogo a Lecturas de Tabasco. Erwin Macario erwinmacario@hotmail.com El milagro del que sale de la oscuridad tiene algo de sorpresa personal: la admiración del entorno desconocido, el asombro de la vida oculta en […]
21 de noviembre de 2014

Motiva saber que sólo
con educación se lleva
a los pueblos a superar
los obstáculos grandes
y pequeños. Arturo Núñez
Jiménez / Prólogo a Lecturas
de Tabasco.

Erwin Macario
erwinmacario@hotmail.com

El milagro del que sale de la oscuridad tiene algo de sorpresa personal: la admiración del entorno desconocido, el asombro de la vida oculta en parte por las sombras; el encuentro de la misma Creación “negada” por la poca o nula luz.

El que sale de las sombras físicas es como el que, un día, encuentra la Piedra de Rosetta que le hace inteligible el mundo maravilloso que presiente en esos signos que no logra descifrar, ya en el libro, ya en el periódico, ya en los mismos anuncios que en la calle enfrenta todos los días.

Ayer jueves, asistimos a la presentación de esa Piedra de Rosetta en Tabasco. Así, como aquella estela egipcia facilitó la clave para comprender los jeroglíficos en un decreto grabado en tres escrituras distintas, la demótica, el griego antiguo y los propios jeroglíficos egipcios, ayer se presentó Lecturas de Tabasco.

Tres escrituras distintas hay en ella: la que nos han legado nuestros grandes escritores, la que han dejado quienes, desde la educación han buscado difundir la luz del conocimiento, y la que la propia naturaleza nos regala cada día.

Hace quince años, al crearse el Instituto de Educación para Adultos de Tabasco (IEAT), se conoció una primera edición de este valioso instrumento y hoy, en palabras del gobernador Arturo Núñez Jiménez, en celebración de esos tres lustros, “se ha determinado publicar esta segunda versión del material educativo Lecturas de Tabasco, difundiendo importantes obras de escritores de la entidad, que le hablan al lector de la vida, historia, costumbres, tradiciones y modos de expresión regionales”.

Este libro dice Arturo Núñez, que se pone “nuevamente en sus manos, compila bellos poemas, canciones, cuentos, leyendas e historias de los autores más inspirados por el paisaje, ambiente y sentir tabasqueños del ayer y de hoy; algunas referencias a obras de artistas plásticos, fotografías y arquitectura característicos del estado, complementan los textos literarios”.

Así como de la invidencia se sale al “paisaje, al ambiente”, al propio entorno cercano, primeros objetos, “naturacosa” diría Pellicer, que el que viene de las sombras distingue, así esta segunda edición, corregida y aumentada, que nos entrega el Instituto de Educación para Adultos de Tabasco es un instrumento cultural que encamina a los que apenas han aprendido a leer, que guía a los que todavía están aprendiendo, a que aprehendan, válgaseme el término, a que aprehendan en sus espíritus la obra de quienes han sembrado de luz la cultura tabasqueña.

Lecturas de Tabasco, libro de pasta dura, con 170 páginas, nos llerva a la nostalgia de primeras lecturas en las primarias de mediados del siglo pasado.

Los adultos, los que ya grandes encontraron esa Piedra Rosetta que en Egipto ayudó a descifrar los jeroglíficos, tienen en este libro el descubrimiento de ese mundo mágico del que estaban privados al no saber leer.

Y es el mundo cercano, el próximo —el del prójimo que ha escrito para que tengan “un material más cercano e identificado con si modo de ser y de vivir”, como bien afirma Arturo Núñez—, el de este libro.

Nuestros adultos —y todo aquel que tenga en sus manos esta obra editorial— iniciará alegre este viaje por la cultura con el poema La resucitada, de José Luis Inurreta. Encaminados, los nuevos lectores, los que han aprendido a leer, ríen también con José María Bastar Sasso y La chorotera:

Pero, así como en el apartado de costumbres y tradiciones encuentra a estos poetas y a compositores de música regional, como José Luis Peña Valencia o Manuel Arrazola, El choco tabasqueño, o la picardía de Tilo Ledesma, también saborea la cocina tabasqueña con Edith Matus de Sumohano; ríe con los apodos en Tabasco, de Trinidad Malpica H. o conoce, en verdad, cómo es y cómo debe ser el traje regional de Tabasco, según ese gran rescatador de nuestra identidad que es Jorge Priego Martínez.

Poetas que cantan al paisaje son Angel Suárez Rodríguez, Hypatia Muñoz Chablé, Arcadio Zentella, José María Pino Suárez, Alicia Delaval, Carlos Pellicer, Auldárico Hernández Jerónimo, Kary Cerda, José María Gurría Urgell, Eréndira Bernal Madrid, Pedro A. González, José Claro García Ramos, José Tiquet y Pepe del Rivero, según orden en que aparecen en el libro.

En cuentos y leyendas se encuentran Gabriela Gutiérrez Lomasto, Arcadio Zentella Priego, Pedro Ocampo Ramírez, José del C. Jiménez J., Juan Lezama, Justo A. Santa Anna, Berta Ferrer, Hilario Feria Pérez y Andrés Iduarte.

En historias y testimonios :Raúl Zepeda Santa Anna, Manuel Foucher, Ruffo Castro Vidal, Marcos E. Becerra, Carlos Ramos, Juan Bautista de Dios Torres, Napoleón Pedrero Fócil, Salomé Taracena, Francisco J. Santamaría, Rafael Domínguez, Manuel Manuel Gil y Saenz.

Y la poesía alcanza cimas más altas con José Claro García, Napoleón Pedrero Fócil, Alberto Zentella Rodríguez, José María Bastar Sasso, Josefina Vicens, Noé de la Flor Casanova, Salomé Taracena, Napoleón Pedrero Fócil, Leonel Falconi Vera, Manuel R. Mora, Carlos Pellicer, Ciprián Cabrera Jasso, José María Pino Suárez, Trinidad Malpica Hernández y José Carlos Becerra cuando cantan del amor y de la muerte.
Un camino, una guía para recorrer nuestras letras es, pues, Lecturas de Tabasco.

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