Buenas razones para estar “loco”
Mario Iván Martínez entró en contacto con enfermos de esquizofrenia paranoide, el mismo padecimiento del personaje Aksenti Ivánovich México, DF El Universa Para interpretar el monólogo Diario de un loco, de Nikolai Gógol, Mario Iván Martínez entró en contacto con enfermos de esquizofrenia paranoide, el mismo padecimiento del personaje Aksenti Ivánovich. Esa experiencia previa al […]
16 de diciembre de 2012

Mario Iván Martínez entró en contacto con enfermos de esquizofrenia paranoide, el mismo padecimiento del personaje Aksenti Ivánovich

México, DF
El Universa
Para interpretar el monólogo Diario de un loco, de Nikolai Gógol, Mario Iván Martínez entró en contacto con enfermos de esquizofrenia paranoide, el mismo padecimiento del personaje Aksenti Ivánovich. Esa experiencia previa al estreno se convirtió en el tuétano de una caracterización de grandes ligas por parte del actor.
Este lunes será la última función de 2012 y regresa el 21 de enero al teatro Helénico, que en ocho funciones ha registrado gran afluencia del tipo de público que atinadamente intuye algo importante. La crítica Olga Harmony reconoce la solvencia y ductilidad de Martínez en este trabajo, mientras que Héctor Anaya lo felicita por “este doctorado cum laude que has alcanzado”.
¿No es una locura abordar el mismo monólogo que encumbró a Carlos Ancira?
Era un riesgo, pero quisimos asumirlo la directora Luly Rede y yo. Diario de un loco no es una obra de teatro sino un cuento, así que montarlo siempre implica adaptarlo. Ni Luly ni yo vimos a Ancira, así que nadie puede acusarnos de plagio.
Con Ancira no había tanto humor negro como con usted…
Es lo que me ha dicho mi mamá (Margarita Isabel, productora de la obra). Durante los últimos dos años he estudiado toda la obra de Gógol, y puedo decir que a él le preocupaba que en algunas de sus obras se soslayara el humor. Él lo dice específicamente de un montaje de El inspector. Ese tipo de referencias directas sirven para que sientas que lo tienes al lado mientras preparas la obra.
¿Qué siente los lunes cuando se dirige al teatro?
Mariposas en el estómago.
¿Y en qué condiciones queda al término de la función?
Me es imposible dormir. Es un desgaste físico, anímico y espiritual muy fuerte. Suelo irme a cenar con amigos para sacudirme al personaje antes de llegar a mi casa, pero de cualquier manera los ojos del personaje me persiguen, sus obsesiones y delirios.
¿Se le ha pegado algo de este personaje a su personalidad?
Antes podía ser más ecuánime con un acomodador de coches que maneja tu auto de manera imprudente, o con la señorita que te pregunta en el súper si aceptas el redondeo. A veces respondo como Aksenti y no como Mario Iván Martínez, ja, ja.
¿Le costó trabajo aparecer pelón en el escenario?
No, para nada. Es algo que te pide el personaje.

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