César Graciano Calvario
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Dicen que en la guerra y en el amor, todo se vale. Aunque siempre hemos dicho que falta agregar la política en esa sentencia de dominio público. Si duda sobre la conveniencia, ahí está la respuesta que da el grupo en el poder y sus corifeos a la intención de la izquierda encabezada por MORENA y PRD (aunque cada uno por su lado) para consultar al pueblo sobre la pertinencia de la reforma energética promovida por el presidente Peña y aprobada en el Congreso de la Unión.
Prácticamente desde principio de este año, a la par de aquella aprobación que modificó la constitución en febrero, MORENA se dio a la tarea de recabar las firmas que le exige la ley de Consulta popular para someterla a escrutinio durante las elecciones de 2015. El PRD empezó recientemente, pero está a tiempo de presentar su propia solicitud ante la Suprema Corte de Justicia.
Pero he aquí que, a pesar de que en los hechos se ve sumamente difícil que la iniciativa izquierdista pueda alcanzar su propósito -conocido el amplio bagaje y efectividad de las marrullerías a disposición del sistema, así como las debilidades inherentes a la propia iniciativa- por aquello de las dudas, la dupla PAN-PRI ha decidido atacar coordinadamente ese flanco para evitarse sorpresas desagradables. Se trata de hacer ruido, distraer, chotear, aligerar, minimizar, inocular a la opinión pública contra la seriedad y la trascendencia de la acción emprendida por la izquierda para reivindicar el derecho de los mexicanos a opinar en casos tan críticos como el de la disposición de los recursos energéticos.
Así el PAN promueve activamente su recolección de firmas “Por un salario digno al trabajador” sin importarle los desfiguros, los desatinos, las incongruencias en que incurre al cuidar celosamente la marca que lo separa tajantemente -y le evita la contaminación con compromisos indeseados- de la propuesta para elevar drásticamente el salario mínimo en el DF ( a 100 pesos diarios, en la alternativa más modesta y hasta los 500 la más agresiva) que promueve activamente Miguel Mancera, el jefe de gobierno. Con lo que nos manda el mensaje de que lo suyo, lo suyo, lo suyito, es la trompetilla política. El pastelazo.
En cuanto al PRI, se tardó pero lo hizo. Ya promueve la consulta popular para que se apruebe la reducción de 100 diputados (de los 200 pluris) a la Cámara y de 32 senadores (los de representación proporcional) al Senado. La iniciativa priista es el prolegómeno de una comedia bufa. A ese partido no le importa caer en la incongruencia y el descrédito de promover y enarbolar una bandera que confeccionó el PAN. Juan José Rodríguez Prats -cuando diputado en las numerosas incursiones que tuvo- propuso y promovió que de plano fuera desaparecida la figura de la diputación plurinominal y desaparecido TODO EL SENADO. En aquel entonces el PRI se escandalizó, montó una hoguera mediática y ni siquiera aceptó debatir para conocer la profunda y sólida justificación que había tras aquellas iniciativas.
Ahora sin alguno de esos atributos, y metido en una botarga distractiva, muestra el producto del hurto en closet ajeno.
Disfrute su finde. Supervise, encamine y ponga al corriente a los chicos. Tiempo de escuela. Regreso aquí mismo el martes proxy SDQ. Adiuuuuuuuuuuuu
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