Lo que se avecinaba como un paseo para el Bayern se convirtió en una verdadera tortura para los de Guardiola.

Múnich, Alemania
Agencias
Un tanto de Vidal nada más comenzar el partido parecía encarrilar la eliminatoria para el campeón alemán, pero lo que ocurrió en Múnich fue suspense puro, con el campeón portugués rozando el peligro, pero con alivio para los bávaros tras el pitido final. Ojo a la vuelta en el Estadio da luz. Queda mucha eliminatoria por delante, sobre todo en el infierno de Lisboa.
El Benfica viajó a Múnich con la idea de mantener su marco a cero el máximo tiempo posible, pero a los bávaros les bastaron 109 segundos para abrir la lata. Bernat le puso a Vidal un gran centro en la cresta y el chileno la cabeceó hacia el fondo de la red. Justo cuando los 70 mil en el Allianz ya se veían en semis, el guion esperado cambió y los visitantes despertaron. El Bayern siguió teniendo alguna que otra ocasión, pero no andaba fino en la salida de balón y el cuadro luso se vino arriba. Si no hubiera sido por Alaba, que metió dos piernas importantísimas ante las contras de los de Vitoria, Neuer las habría pasado canutas.
Solo bastaba con contemplar a Guardiola en la banda para darse uno cuenta que la maquinaria roja no funcionaba. Lewandowski no entraba en escena, Müller perdonaba ocasiones que suele meterlas durmiendo y Guardiola se desquiciaba en la zona técnica. Con los lusos pisando área en la segunda mitad, las pulsaciones de Pep ya alcanzaron la zona crítica y optó por Javi Martínez en la zaga para devolverle la seguridad a su equipo. Sucedió lo contrario. El campeón portugués tuvo dos ocasiones clarísimas, ambas protagonizadas por Jonas, pero los locales se salvaron de milagro, una y otra vez, manteniendo el marco de Neuer a cero. 1-0. Poca renta para viajar a Lisboa.