Bajan niveles del río Samaria
Nacajuca Luis Roberto Ricárdez Corresponsal Para alivio de los habitantes cercanos a los afluentes, arroyos o ríos, como el  Samaria, ha empezado a bajar de niveles observándose completamente secos sus riberas, tal como si estuviéramos en tiempos de sequía semejante al mes de mayo pues lo que antes era un inmenso río caudaloso, ahora se […]
25 de octubre de 2012


Nacajuca
Luis Roberto Ricárdez
Corresponsal
Para alivio de los habitantes cercanos a los afluentes, arroyos o ríos, como el  Samaria, ha empezado a bajar de niveles observándose completamente secos sus riberas, tal como si estuviéramos en tiempos de sequía semejante al mes de mayo pues lo que antes era un inmenso río caudaloso, ahora se pueden mirar sus arenas en formas de playas en algunas partes.
Y es que después de las grandes corrientes que se llevo todo, donde comunidades enteras, siembras agrícolas, zonas ganaderas  y diversos cultivos, quedaron en total inundación, por los desfogues acompañados de fuerte aguaceros, dejando a más de tres mil familias a la deriva,  hoy la calma se respira pues el nivel para pescadores ha regresado.
Mientras algunas personas que todavía Vivian con la zozobra de la inundación, los cuales mantienen en sus pensamientos tristemente, sus hogares destruidos, sus plantíos y animales totalmente siniestrados, siendo estos sus únicos sustentos de vida; hoy se aprecian los el rio Samaria como lentamente bajan sus niveles esto resultado del lento  desfogue de las presas.
Siendo este río quien se desbordara,  ocasionando una desgracia para los que habitaban cerca de este río, por dejarlos con las manos vacías y con la esperanza que la ayuda les llegue para empezar a reconstruir sus hogares, ahora es toda una sorpresa y maravilla, pues sus finas arenas invitan a los curiosos a caminar sobre el gran destructor que días antes era difícil pasar.
Después de ver como este río se devoraba las casas y los campos de cultivos, hoy se respira calma y tranquilidad, pues ahora el río luce casi seco y lleno de la fina arena, con encharcamientos de agua fresca que invitan a los pobladores a tomarla en sus manos, lavarse la cara y exclamar, como semanas atrás era un lugar sumamente peligroso, púes las fuertes corrientes, nadie la podía detener.
Ahora lo que fue  una gran amenaza para los pobladores, Cunduacan, Jalpa de Méndez, y Nacajuca, ya que sin duda era un gran peligro para todos los vecinos de este río, el Samaria, pues las autoridades municipales y estatales al igual que la federal, les exhortaban para abandonar sus hogares de inmediato porque cada minuto la muerte y devastación rodarán esos lugares bajos y sin que nadie detuviera los miles de litros de agua por segundo que llegarían en menos de 24 horas.
Habiendo en aquellas inundaciones una cifra millonaria, en cuanto a los daños causados por este río Samaria, tanto en el campo como en las viviendas y cúmulo de enfermedades que empezaron a sentirse por doquier incluyendo los albergados, que se encuentran ansiosos por irse a sus casas y comenzar a empezar a reconstruir sus moradas, con optimismo después de la gran pesadilla que han vivido. Pero como la madre naturaleza es sabía, el afluente está aplacado, ya no tiene agua ni corriente, solo los recuerdos que para muchas generaciones ya es historia.

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