Filigrana Castro informó que será sistema, quien se encargue de ubicar a los niños que perdieron a sus padres en este fatídico accidente

Luis Ruiz Sandoval Frade
Rumbo Nuevo
Después de reportar que el estado de salud de los hospitalizados por el pipazo del 26 de marzo, en la comunidad de Palo Mulato, se encuentran “muy graves”, el titular de la Secretaría de Salud de la entidad, Juan Antonio Filigrana Castro, estableció que se tiene un conteo de 28 huérfanos por esta desgracia, en donde con el apoyo del DIF y diversas dependencias, “se atenderán en su recuperación psicológica y analizar con quienes se quedarán”.
En este sentido, el funcionario mencionó que se tienen contabilizados 28 pequeños que se quedaron en la orfandad, pues sus padres fallecieron por esta tragedia, por lo cual, se debe iniciar un programa de apoyo en todos los sentidos para estos pequeños.
Indicó que con el apoyo del sistema DIF Tabasco, de la propia Secretaría de Salud y otras dependencias “se ira apoyando psicológicamente a los mismos, a los familiares de las víctimas, y determinar con quienes se quedaran, pues en un momento esa decisión de tomará posteriormente”.
Dijo que se tiene conocimiento que hay abuelos, tíos y hasta vecinos, “pero eso se ira tomando con decisiones posteriores, ahora hay que apoyarlos con ayuda psicológica y emocional, ante este choque brutal”.
De igual forma, reportó que el estado de salud de ocho de las víctimas por el “flamazo” de una pipa con gasolina es “grave”, al presentar quemaduras de nervios, músculos e incluso huesos, y previó que a uno de los menores de edad que es tratado en un hospital de Galveston, Estados Unidos, se le amputará una pierna.
Indicó que las 8 víctimas del “flamazo” internadas en hospitales de Tabasco, han permanecido alrededor de 15 días en las áreas de terapia intensiva, lo que indica la gravedad de sus lesiones.
De hecho, comparó, esos pacientes llevan más tiempo en terapia intensiva que el promedio de una persona sometida a cirugía a corazón abierto, la cual no pasa más de tres días en esa área para su recuperación.
Especificó que esas personas tienen quemaduras de segundo y tercer grado con daños severos en los nervios, músculos e incluso los huesos.