Abiud Pérez Olán
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Uno de los problemas que tienen algunos gobiernos estatales, es que sus funcionarios no han entendido que las cosas van a cambiar en torno a terminar con la corrupción que tanto daño le ha hecho al país, al igual que Andrés Manuel López Obrador se ha propuesto terminar con este cáncer, en Tabasco el gobernador Adán Augusto López Hernández hace lo propio, pero hay quienes no han entendido el llamado del mandatario, no sólo para terminar con las presiones de controlar desde sus oficinas los obscuros negocios que tanto daño hicieron y que ahora se pretende abatir, en Tabasco se trae y se lleva este tema de combate a la corrupción, sin embargo, al parecer, sólo ha servido para intereses políticos, hoy tenemos un gobierno diferente que con nuevas reglas, leyes que garantizan la transparencia y el buen manejo de los recursos públicos, se pretende ir a la par del gobierno federal.

Para que Tabasco salga de los conflictos que tiene en materia económica y de seguridad, se necesita que los funcionarios públicos que rodean al gobernador Adán Augusto López Hernández y principalmente los que se dicen sus amigos, entiendan que las cosas han cambiado, que este régimen exige honestidad y eficiencia, desde los sueldos, hasta la compra de materiales e insumos, tiene que tener un control, para evitar lo que por tantos años hizo daño a Tabasco, las nuevas reglas de este gobierno enmarcadas en la Ley Orgánica, aclara perfectamente de qué manera se tienen que hacer las adquisiciones, sin ningún otro objetivo, más que evitar el despilfarro y la corrupción.

Históricamente cada secretaría representaba un coto de poder y un nido de corrupción, en donde los funcionarios públicos, desde el primer nivel, hasta los de abajo, hacían negocios, concursos amañados, compras adulteradas y todo esto propiciado porque no existían reglas claras en la nominación y clasificación del presupuesto, hoy Tabasco tiene nuevas reglas, no sólo con la política de un Presidente que está en contra de la corrupción, sino también de un gobernador que supo poner las reglas sobre la mesa y muy claras.

Sus amigos, son los primeros que deberían sumarse al proyecto de Adán Augusto López Hernández, de manejar el presupuesto público con pulcritud, sobre todas las cosas y respetar las reglas que se convino, para evitar los desastres que sexenio con sexenio hemos venido viviendo y este último, nos dejó no sólo mal sabor de boca, sino un estado en completa bancarrota, el ejercicio burocrático en el gobierno, no se debe seguir considerando como un coto de poder y relacionarlo en el ámbito político, son cosas muy distintas y de verdad, el que quiera hacer política, para eso están los partidos, en el gobierno se busca administrar y servir de mejor manera a la sociedad.

Este gobierno que preside Adán Augusto López Hernández, está conformado por hombres y mujeres de diferentes ideologías y procedente de diversos partidos, también hay que notar que durante la integración de su gabinete, siempre destacó que gobernaría con amigos, con gente que se pusiera la camiseta y estuviera a la altura de las circunstancias actuales, esa confianza no la deben de perder, por lo que deben terminarse los negocios que por tantos años le hicieron daño al Estado de Tabasco con las compras y las amañadas licitaciones, que hoy en día quieren seguir haciendo muchos funcionarios de la administración.

Hace unos días el gobernador Adán Augusto López Hernández exhibió un ejercicio negativo de funcionarios del DIF coordinados con otros que amañaron las licitaciones y pretendían obtener más de 15 millones de pesos de ganancias, así también ha denunciado a otros que han pretendido sorprender al gobierno del Estado y a prestadores de servicio, todos los que están en esta administración, deben entender que el rumbo está definido, cambiar las cosas en Tabasco, para bien de todos y quien más que sus amigos, en quienes ha depositado su confianza, para poner todo el empeño en cumplir sus proyectos a favor de Tabasco.

Grillos y grillas
Es necesario que el Congreso del Estado tome su responsabilidad de ser el vigilante de los recursos públicos y poner orden en la mayoría de las alcaldías, en donde los negocios de los parientes y amigos, así como la abultada nómina que manejan los presidentes municipales a su antojo, están causando un daño irreparable, a la vista de los ciudadanos está la ineficiencia de los ayuntamientos, que tienen abandonadas a las comunas sin energía eléctrica, drenaje y falta de mantenimiento a calles y carreteras, tal parece que a los municipios no ha llegado tampoco el llamado del Presidente de la República para que se conduzcan con honestidad, el Congreso del Estado debería de ser el vigilante de las propuestas del mandatario nacional y llamar a cuentas a los alcaldes que manejan a su arbitrio el recurso público, como si se tratara de su propio peculio, son muchos los alcaldes señalados por los ciudadanos, por la falta de servicios y la ineficiencia de las autoridades municipales, esa responsabilidad de fiscalizarlos le toca al Congreso y a los diputados que no tienen ni la menor idea de la responsabilidad que tienen como integrantes del Poder Legislativo, aquí está una vez más, la muestra de que la mayoría que se encuentra en este poder, llegaron simplemente por la locura generalizada a favor de una política contraria a la que se tenía y que buscaba un cambio, que por lo que vemos, está muy lejos de alcanzarse, al menos en los municipios, donde no respetan el proyecto de gobierno de López Obrador, y lo peor es que son de su mismo partido, pero más peor, que llegaron por la fuerza que representa el tabasqueño, no por ellos mismos…. Nos leemos mañana.