Aquí… Tabasco dice
Abiud Pérez Olán abiudperez@hotmail.com El lamento de un presidente de la República en funciones, cuando está en la parte media prácticamente de su mandato, suena más a burla que el llanto de un gobernante que está a punto de entregar el mandato, la historia de este país se escribe en medio del dolor, las lágrimas, […]
20 de julio de 2016

Abiud Pérez Olán
abiudperez@hotmail.com
El lamento de un presidente de la República en funciones, cuando está en la parte media prácticamente de su mandato, suena más a burla que el llanto de un gobernante que está a punto de entregar el mandato, la historia de este país se escribe en medio del dolor, las lágrimas, la sangre y la impotencia ante los fracasos de una estabilidad por la que se luchó y nunca llegó, los políticos se sirven con la cuchara grande, aplican las leyes a su manera, así es México desde que se construyó el constitucionalismo y antes la explotación sin límites.

Recordar la soberbia con la que han actuado los gobernantes, unos pidiendo perdón y otros aceptando que había que poner la mano dura para evitar que el país callera en manos de los enemigos de la patria, José López Portillo lloró ante el Congreso de la unión y cientos de invitados ante la quiebra económica que vivimos en su administración, Gustavo Díaz Ordaz nunca se arrepintió de haber ordenado la masacre de 1968 y premió a su secretario de gobernación Luis Echeverría Álvarez con la presidencia.

El lamento del presidente Enrique Peña Nieto, al pedir perdón a un pueblo con 70 millones de pobres, otros 20 en extrema pobreza y una corrupción que hunde aún más a nuestra sociedad, suena a burla, quienes aconsejaron al mandatario a ofrecer “profunda disculpa” por el asunto de llamada “casa blanca”, y pedir perdón al pueblo mexicano cometieron un error, porque la humildad no es sólo reconocer el error, sino subsanarlo y la disculpa huele a sarcasmo.

México está agraviado, el presidente de la República que ganó las elecciones sin cuestionamiento alguno, con un alto índice de popularidad, hoy tiene una imagen por los suelos, hundido en el descredito, ineptitud y la corrupción que cimbra el país en todos los órdenes, desde la iniciativa privada, la propia sociedad y ya no digamos el gobierno, la situación es tensa en este país y no sólo que se levante de mal humor, sino es que se aterra de la impunidad con que actúan los gobernantes y sus familias.

Al poner en marcha lo que será el Sistema Nacional Anticorrupción, Enrique Peña pidió perdón a los mexicanos y ofreció disculpas por la indignación que les causó con la llamada “Casa blanca” en 2014, en donde se vio envuelta su familia y de paso, algunos funcionarios de su administración, el presidente no entiende que su actitud molesta a esta sociedad que cada día es más pobre y además asolada por la inseguridad.

Si el presidente Enrique Peña Nieto y su esposa Angélica Rivera, hubieran regresado esos inmuebles, donados a una causa justa o de asistencia social, quizá habrían ganado simpatías porque a nadie va a convencer de que los inmuebles adquiridos en noviembre de 2014 con un valor de más de siete millones de dólares se adquirió con recursos propios, este pueblo está lleno de rencor que a todo le encontrará suspicacias y seguramente el perdón solicitado el día lunes no será respondido por el “mal humor” en que se encuentra la sociedad.

Qué pena y hasta vergüenza que luego de que el Congreso de la Unión, seguramente por instrucciones de Los Pinos vetaran la ley anticorrupción, conocida como “tres de tres” y se la reviraran a quienes la proponían los empresarios, el presidente promulgue una ley anticorrupción flexible y a su manera, y de paso mostrar una cara que está muy lejos de que sea realidad, con disculpas y exigencias de perdón no se recompondrá el país, necesitamos que de verdad actúen frenando la corrupción en todas las instancias de gobierno pero no con discurso, sino con hechos.

La corrupción en México, es sin duda al igual que en la mayor parte del mundo un sistema de sobrevivencia para los pobres pero en este país las cosas son peores porque no sólo se ve como un método para sobrevivir, sino como parte de su cultura y enfermedad de la función pública, en donde todos acusan y señalan, mientras están fuera del presupuesto, de ahí que todos los partidos políticos y funcionarios del gobierno estén catalogados como corruptos, y no sólo las instancias policiales, sino hasta los más encumbrados cargos de ejecutivos que roban y saquean con impunidad, y no vemos de qué manera el presidente ponga orden, si en el gobierno actual él metió el desorden.

Grillos y grillas
Virgilio Andrade y el perdón de Peña Nieto van tomados de la mano, desde el momento en que el presidente ordenó que su amigo, el Secretario de la Función Pública fuera el encargado de hacer el análisis sobre el asunto de la casa que adquirió al constructor de Grupo Higa, con un valor superior a los siete millones de dólares, las cosas tenían que tener el resultado que vimos, momentos antes en que el presidente pedía perdón por la indignación del pueblo, por el escándalo que se vivió desde 2014, su hombre de confianza y amigo Virgilio Andrade dejaba el cargo de titular de la Secretaría de la Función Pública, bajo el pretexto que será el Senado de la República quien ratifique la proposición del presidente en este cargo… El error en la adquisición del inmueble, no se subsana tan sólo con una disculpa, ni con la solicitud de perdón… El Presidente de la República Enrique Peña Nieto, no puede caer en la trampa de que metiendo a la cárcel a los gobernadores de Veracruz Javier Duarte, a Borges de Quintana Roo o quizá al Chihuahuense, porque nadie le creerá, los escándalos han sido mayúsculos, el tráfico de influencias y el saqueo a PEMEX, Comisión Federal de electricidad y CONAGUA, tiene que explicarlo… El gobernador Arturo Núñez, no reconoce que seamos primer lugar en incidencia delictiva, y sigue asegurando que la percepción está desbordada por encima de la realidad, los asaltos, secuestros, robo a casa habitación y asaltos a negocios siguen a la orden del día… Nos leemos mañana.

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