Aquí… Tabasco dice
Abiud Pérez Olán El Partido Revolucionario Institucional no vive su peor momento de su historia política, lo difícil será superar lo que le viene y tal parece, que la tormenta que se avecina con la nominación de Enrique Ochoa Reza, es el final de un partido que por más de 80 años construyó un país […]
11 de julio de 2016

Abiud Pérez Olán
El Partido Revolucionario Institucional no vive su peor momento de su historia política, lo difícil será superar lo que le viene y tal parece, que la tormenta que se avecina con la nominación de Enrique Ochoa Reza, es el final de un partido que por más de 80 años construyó un país y dio traspiés y tuvo la oportunidad de volver a gobernar muchos más, pero la improvisación y alejarse de sus postulados, lo ha llevado a un camino sin rumbo, mañana martes los priístas en una asamblea-convención, montada a la antiguo estilo de los gobiernos tricolores, pero sin los alicientes que le daban, no solo credibilidad, sino fuerza, se nominaba a quien sería el jerarca del PRI, quien desde entonces entraba en la carrera política por la sucesión presidencial, o por la organización del relevo del gobierno, ahora se nombrará a un dirigente desconocido e incapaz.

No sabemos a ciencia cierta, qué paso con la renuncia de Manlio Fabio Beltrones, pero las cosas no fueron tan amistosas con el Presidente Enrique Peña Nieto y habrá que recordar, que a la hora de anunciar su salida, hizo un llamado para que los priístas no permitieran que se entregara la base, el trabajo y la militancia de tantos años de su partido, a una coalición que no encabezaría, claramente se refería a la nominación presidencial para el 2018, ahora que se elige como dirigente del PRI a un hombre desconocido, sin ninguna trayectoria política, ni de partido, se entiende perfectamente que se está preparando todo para enfrentar a Andrés Manuel López Obrador, que encabezará la candidatura presidencial de MORENA, en una alianza que pocos creímos, que se ve que se trabaja en ese tenor, entre PAN, PRD y PRI, ese trío de partidos más lo que se acumulen, sería la única esperanza que tiene el Presidente Enrique Peña Nieto y los empresarios que le temen a la llegada de un presidente con nuevas ideas y muchas amenazas.

México atraviesa por una de sus peores crisis, la económica, pegada con la inseguridad, le dan poco margen de maniobra al Presidente, su partido no puede levantar porque hay un descontento social que rebasa cualquier oportunidad que busque el PRI de caminar rumbo al 2018, el movimiento magisterial y los muertitos de Ayotzinapa, es un claro ejemplo de la irritación, cualquier pretexto es bueno para insultar al gobierno y protestar por lo que sucede, este descontento no han sabido capitalizarlo los partidos políticos, por el gran desprestigio que tienen, la gente quiere un cambio, pero no saben ni cómo exigirlo, ni con quien encabezarlo, por eso suceden estas cosas, donde también la sociedad se molesta porque se les afecta, pero ante el abuso del gobierno y el poder, cualquier cosa sería lamentable para que estallara el movimiento que nadie quiere, pero que vemos está en puerta y Andrés Manuel López Obrador, con su fuerte discurso, es la esperanza de esas mayorías a la que buscarán enfrentar con la unificación de partidos y donde el PRI sería uno más.

Al Presidente Enrique Peña Nieto le importa más, cerrarle el paso a como dé lugar, a Andrés Manuel López Obrador, que cualquier otra cosa y por ello decide nombrar en la dirigencia del PRI, a un desconocido, un hombre que de política no sabe nada, aun cuando hayan sido compañero de cuarto en una universidad de Estados Unidos, del gobernador electo de Oaxaca, Murat, que junto con su padre, mantienen una fuerte influencia en el presidente Enrique Peña, seguramente el futuro presidente del PRI, será un dirigente sin voluntad y su capacidad permitirá llevar al PRI precisamente, a ese lugar, para que forme parte de esa coalición que se prepara para enfrentar a López Obrador, del fracaso del tabasqueño, por la presidencia de la República, no sólo está en juego la libertad de los que hoy gobiernan junto a Enrique Peña Nieto, sino también de los gobernadores y empresarios que han saqueado al país.

La Convención de delegados está anunciada para este martes en conocido hotel de la avenida Reforma, se siente claramente el descontento de los caciques, de los operadores políticos y de esas agrupaciones que hicieron tan fuerte al PRI, y que fueron los peldaños para que se consolidaran los triunfos de los presidentes de la República, gobernadores o alcaldes, el tricolor va a una convención sin esa unidad y aliciente que son los grupos que hicieron fuerte al PRI, hasta que hubo la separación que creó el Frente Democrático Nacional, la desbandada está en puerta, y Enrique Ochoa Reza, no podrá hacer mucho, porque lo desconocen y no sabe cómo atender los asuntos políticos dentro de su partido, porque nunca estuvo.

Sin duda que la nominación de Enrique Ochoa Reza, es un error del Presidente, que le podría costar muy caro, políticamente, si no se hace un trabajo de cirugía perfecta en política, que consolide esa coalición que se construye para enfrentar al tabasqueño en el 2018, seguramente los cacicazgos regionales se harán a un lado y será un buen caldo de cultivo para que la migración hacia el Partido de López Obrador, aumente.

Grillos y grillas
Mientras los robos, secuestros, asaltos a casa habitación y el terror se apodera de las calles de Tabasco, dos grupos policiales diferentes, pero pertenecientes a la misma estructura del gobernó, se enfrentan a balazos que tuvo como consecuencias un muerto y varios heridos, según las versiones, no oficiales, de testigos y periodísticas, ministeriales a bordo de un vehículo sin placas y de dudosa procedencia, con armas de grueso calibre, se negaron a una revisión cuando hubo sospechas de que pretendían asaltar una tienda de conveniencia y luego de una persecución, vino la tragedia, el fiscal Fernando Valenzuela Pernas y el secretario de Seguridad Pública, Ricardo Martínez Luis, tienen que explicar qué realmente fue lo que sucedió, porque hay demasiados rumores y terror en las calles, como para que la policía cometa estos desórdenes que ponen en peligro la vida de civiles, como sucedió en estos hechos, donde hubo un herido que nada debía, lo peor es que nos puede estar pasando es que se haya perdido el mando en los organismos policiales que deberían estar previniendo el delito… Nos leemos mañana.

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