Abiud Pérez Olán
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El desagradable hecho que se vivió la semana pasada en donde una persona al parecer desquiciado, apuñaló once veces a quien fuera su pareja y discutían precisamente por malos tratos y problemas familiares, esto sucedió precisamente en la sala de juicios orales del municipio de Centro, lo que indignó y molestó a la sociedad tabasqueña al dar cuenta principalmente las redes sociales, de la tragedia que aún a estas horas mantiene a la víctima en un nosocomio. Más allá de quién es el culpable, nos debe servir para reflexionar hasta dónde estamos llegando y permitiendo que la violencia familiar y los feminicidios en Tabasco sigan a la alza, sin que nadie haga la parte que le corresponda.
Ana María “N” estuvo a punto de perder la vida al asistir ante una autoridad para dirimir los asuntos con su esposo, de maltrato familiar y la violencia que hacía incompatible la convivencia de ambos, sin embargo, como usted ya sabe, esto en qué terminó y desde ese momento, dieron comienzo los dimes y diretes y las acusaciones de los políticos que siempre están a la espera de cualquier motivo para escandalizarse y para condenar y culpar siempre a otro de lo que ellos mismos son responsables; esta tragedia, que ojalá no termine con la muerte de la desdichada mujer, sirva para que atiendan de una vez por todas, los problemas de violencia contra la mujer, en Tabasco.
Estamos ante la evidencia de que las autoridades y el Instituto Estatal de la Mujer, no han hecho su trabajo, porque al día de hoy, no se escucha, por lo menos en los medios de comunicación, ningún spot llamando y convenciendo a la familia de una mejor convivencia y evitar la violencia; nadie trabaja en torno a este dedicado y penoso asunto de la violencia familiar y sobre todo que se atienda y no se simule, como al parecer estamos acostumbrados; desde su fundación, el Instituto Estatal de las Mujeres, no ha cumplido con su encomienda y se ha concretado simplemente a justificar el abultado presupuesto de que los gobernadores le otorgan a esta institución que debería ser vigilante y promotor para evitar estos hechos que evidencían la violencia en la familia tabasqueña.
Nelly Vargas, directora del Instituto Estatal de la Mujer, debe explicar ante el Congreso que la eligió, qué es lo que ha hecho y de qué manera se atenderá en lo futuro, la violencia intrafamiliar, no puede ser que Ana María “N”, que hoy se encuentra agonizando en un hospital, haya buscado el apoyo de esta institución, y al igual que muchos asuntos, no se toma con seriedad y se deja suelto aunque digan que se encuentran protocolos establecidos para la seguridad de personas que llegan ahí, y que no se sepa qué habría pasado con esta persona que vivió tan lamentable tragedia; hay mucho qué revisar y qué investigar.
Culpar al Tribunal Superior de Justicia por no haber dado las garantías de seguridad a las mujeres y a quienes acuden a los juzgados, resulta bastante penoso porque en esos momentos, el responsable de cometer el injustificable hecho, habría burlado todo tipo de vigilancia y aunque no se puede o no se debe restar importancia a que el TSJ es responsable de las salas de juicios orales, todos los inmiscuidos en estos casos, serían responsables de lo que pasó, y no permitir que se politice y se agarre de bandera un hecho como esta tragedia, simplemente para sacar raja política; el asunto es delicado y se debe tratar como tal para evitar de alguna manera que la violencia en este ámbito, siga creciendo.
El Instituto Estatal de la Mujer debe actual de acuerdo a lo que fue creado, y es precisamente para cuidar el desarrollo de la mujer y protegerla en caso de violencia, trabajar a través de los medios de comunicación para difundir programas y conferencias que estén encaminados a prevenir la violencia, asunto que no se lleva a cabo y más que los protocolos de seguridad en las salas de juicios orales, se tiene que prevenir que la violencia siga creciendo en una entidad como Tabasco, donde el nivel educativo está por debajo de la media nacional y a la alza el consumo de alcohol y drogas; esto último es recurrente en la violencia en los hogares de la entidad.
Grillos y grillas
Desde que se eligió a la diputada con licencia, Nelly Vargas como directora del Instituto Estatal de las Mujeres, en esa institución se dieron demasiados desencuentros y salieron a la luz, problemas por la lucha de los nombramientos y el apoderamiento del presupuesto, claro está que hay que reconocer que encontró una institución destrozada y con demasiadas anomalías pues su anterior directora, fue señalada por incapacidad y falta de programas en beneficio de la mujer; este ente público está prácticamente de parapeto, a nadie le importa lo que tiene que hacer, y los que llegan, simplemente van por depredar el presupuesto, y aquí está el terrible ejemplo, que si el IEM habría cumplido con su trabajo, Ana María “N”, no estaría en el hospital y las cosas se hubieran solucionado de diferente manera, en sus manos estuvo, a decir de la propia voz de Nelly Vargas, evitar una tragedia, ojalá esto les haga reflexionar, y cambien sus actitudes, pero sobre todo, se haga una investigación sobre los nombramientos de esta institución para revisar si están preparados los que ostentan el cargo que se les entregó y que debería servir para evitar estas tragedias; desde hace mucho tiempo, se ha luchado, y muchas voces se han alzado para exigir en Tabasco la alerta de género que a nadie parece interesarle, y al menos este ente jamás ha alzado la voz sobre la violencia que existe en contra de la mujer y de las cuales hay registro de 21 víctimas mortales en lo que va del año, sin contar los casos como los de Ana María “N”… nos leemos mañana.
