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Gazapos Luis Enrique MartínezRumbo Nuevo La descomposición, y quizás origen de la decadencia, de la oposición es el abandono de sus cuadros políticos. Aunque quiera, nada puede hacer ahora para reunificar lo perdido por intereses individuales. Pasó con el PAN que perdió el registro electoral en 2015 y, nueve años después, todo indica que ese […]
18 de mayo de 2024

Gazapos

Luis Enrique Martínez
Rumbo Nuevo

La descomposición, y quizás origen de la decadencia, de la oposición es el abandono de sus cuadros políticos. Aunque quiera, nada puede hacer ahora para reunificar lo perdido por intereses individuales. Pasó con el PAN que perdió el registro electoral en 2015 y, nueve años después, todo indica que ese será el destino del PRI y PRD el 2 de junio de 2024. Paradójicamente, o tal vez producto de la desintegración de estas fuerzas políticas, de ahí nace el virtual triunfo de Morena en la elección de gobernador y en la mayoría de los distritos electorales y las alcaldías. Es una percepción ciudadana que, no obstante, topa con alguna resistencia surgida de la propia base militante del partido magenta.

Después de dos meses y días de campañas locales, las excepciones a la regla son contadas pues la realidad vecinal dicta que la oposición partidista tan sólo está haciendo prosélito a través de las redes sociales. No se ve su actividad si quiera en los medios convencionales salvo en Centro, Cárdenas, Centla, Comalcalco, Tacotalpa y Teapa. Es una cruzada distante de la población ciudadana que polemiza más en torno a los gazapos de los candidatos a gobernador como Lorena Bourregard De los Santos y Javier May Rodríguez, uno, en conferencia de prensa y en el último debate, el otro. Esas diferencias cautivan más a los «librepensadores» que las propias contiendas municipales donde Morena podría perder.

En efecto, la base militante y seguidores sin afiliación morenista conjugan el verbo «arrasar». Tienen como meta obtener un millón 200 mil votos, lo cual de alcanzarlo superaría en cerca de 500 mil el resultado con el que, en 2018, ganó la elección de gobernador Adán Augusto López Hernández. Sin embargo, tal ánimo omite revisar las preferencias electorales en esos municipios donde, a pesar del abandono partidista, la oposición podría ganar, apretado, sí, pero derrotar a quien o quienes se creen invencibles. Posibles victorias que a la larga podrían afectar el proyecto de gobierno de May Rodríguez.

Se dice y se repite que Yolanda Osuna Huerta apareció de la nada en la escena pública en 2021. Cierto que era conocida como funcionaria estatal pero no salía su biografía del escritorio. Aún así fue candidata y ganó la elección de alcalde de Centro. Dos años y meses, reapareció disputando la postulación de Morena a la elección de gobernador. Perdió. Se hizo público el ofrecimiento posterior para la candidatura al Senado en primera fórmula. No aceptó. El berrinche la catapultó a la candidatura por la reelección que el propio presidente Andrés Manuel López Obrador y la su virtual sucesora Claudia Sheinbaum Pardo, descalificó, en su momento. ¿Qué ocasionó ese capricho?

Igual ocurrió en Cárdenas. Se impuso el desvarío de Euclides Alejandro Alejandro a pesar del pésimo ejercicio legislativo realizado. Era uno más de los calienta curules de la Legislatura 64 al Congreso local y, quizás por ello, circunstancia que habría de aplaudir, en la autocritica rechazó la invitación a competir por una diputación federal. Con esa posición aceptó que carece de la narrativa parlamentaria y que lo suyo es la empresa aunque existan dudas en torno al origen de su capital. Un tema polémico pero ausente en el reciente debate de aspirantes porque el abanderado de Morena declinó participar, posición que negó al electorado conocer la propuesta para administrar el ayuntamiento municipal con más presupuesto después del ubicado en la capital de Tabasco, el Centro.

A dos semanas de la elección conjunta, Centro y Cárdenas son focos rojos en Morena. Las candidaturas de Fernando Mayans Canabal y Tomas Brito Lara, por ejemplo, que también podrían considerarse como berrinchitos de pañales, son consecuencia de la terquedad de Osuna Huerta y Alejandro Alejandro. En el primer caso, un tercero en discordia podría dar el campanazo electoral: Humberto De los Santos Bertruy. No es el único caso. En Comalcalco, Héctor Peralta Graphin revive al PRD ante la ingenuidad de Ovidio Peralta Suárez. Y, en Centla, El Diablo anda suelto.

De un gazapo voluntario o no, el candidato de Movimiento Ciudadano sacó provecho y se apuntaló en Centro. Se puso en la boca ciudadana como ocurrió en contrario con el florido lenguaje de la candidata del PRIAN; y en el caso de May Rodríguez el efecto no es más que escándalo mediático a favor de María Inés De la Fuente Dagdug. Esos lapsus, sin embargo, además de animar la cruzada por el voto ciudadano, también sacan a relucir los caprichos de los candidatos que ponen en duda la conjuncion del verbo «arrasar» en Morena.

Digo
Ariel Cetina Bertruy fue corrido de la Universidad Popular de la Chontalpa, pero la breve estancia, prácticamente, hipotecó el presupuesto de esa institución con un panorama incierto porque el personal académico y administrativo representa los intereses de la oposición partidista en Cárdenas y Huimanguillo. Va contra el origen de la UPCh pero es una realidad inobjetable, incluso, al interior de los sindicatos.

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