A dos cuadras del parque público de Tamulté de las Sabanas, frente a la casa de don Enrique García Cruz, se reúne un grupo de mujeres para dialogar con Gerardo Gaudiano Rovirosa. Hasta aquí llegan varias vecinas de La Ceiba.

Florentino J. García Alcudia
Rumbo Nuevo
Ante la avanzada femenil, Gerardo tiene que pasar a la ofensiva. Todo empezó cuando el candidato anuncia su programa de trabajo como alcalde de Centro. Les enumera que ejercerá un programa de crédito a la palabra, como el que aplicó en su momento el gobernador Leandro Rovirosa Wade.
Para las mujeres promoveremos el autoempleo, con pequeños negocios –dice Gerardo Gaudiano–. Además estableceremos aquí un centro de atención a la mujer con médicos y psicólogos. Las mujeres empiezan a murmurar en grupitos y los ojos se agrandan al comunicar “algo”. La expectación crece.
Estoy obligado a hacer historia, como mi abuelo –asume el reto. Para rubricar ese compromiso, Gaudiano Rovirosa adelanta: –Este programa va a ser una realidad, porque soy cumplidor, joven, honesto…
Además –explica–, una de las formas más fuerte de agresión que afecta a numerosas mujeres y a sus hijos, es la económica. –Redoblaremos los esfuerzos para estrechar lazos con diversas instituciones para conseguir o multiplicar los recursos económicos para que las mujeres puedan iniciar o reforzar sus micronegocios —puntualiza.
En las comunidades yokot’anob, las mujeres arropan a Gerardo Gaudiano. –Este muchacho va a levantar al PRD –le dice la señora que le regala un totopo