José Alberto Gallardo aborda nuevas formas de concebir la escena en la dramaturgia contemporánea y sus retos

Ricardo Rivera
Rumbo Nuevo
Mediante el taller de Dramaturgia Contemporánea, el maestro José Alberto Gallardo Fernández ha abarcado los fundamentos de la escritura dramática con la finalidad de recuperarlos y reaprenderlos, así como las rupturas que ha tenido, para analizar y comprender su desarrollo y las nuevas formas de concebir la escena en el teatro contemporáneo.
Hemos visto desde los modelos tradicionales, basados en la teoría dramática más ortodoxa, y cómo es que algunas de esas estructuras a lo largo del siglo XX y lo que llevamos del XXI han empezado a derrumbarse, y otras a reconstruirse, ya que el teatro y el drama siempre es un reflejo de lo que ocurre en la historia y en el devenir social, político y cultural de los seres humanos, dijo el docente.
Al compartir su experiencia como escritor, dijo que desde niño tuvo la inquietud de escribir y que ha escrito como 40 obras, de las cuales ha dirigido 17.
He tenido tres facetas: actuar, dirigir y escribir, y la más difícil ha sido la escritura ya que uno se enfrenta a uno mismo, uno es plenamente responsable de lo que queda en el papel y luego resulta un poco frustrante ver que no funciona en escena, que hay que cortarlo o reeditarlo, dijo Gallardo Fernández.
Sin embargo, por otro lado, es satisfactorio poder ver que las palabras que uno ha escrito de pronto son enunciadas por unos actores, o llenan un espacio, añadió.
Respecto al panorama actual de la dramaturgia mexicana, indicó que México está a la vanguardia –al igual que varios países importantes- como referente del teatro mundial, y que es tremendamente rica.
“Creo que hay muchas voces, que hay un muestrario de que mira hacia muchos aspectos de la sociedad. Hay teatro para niños, hay teatro con una vocación social muy marcada, hay un teatro mucho más imaginativo, uno de ruptura, otro mucho más tradicional; en fin, se escribe mucho teatro en México”, agregó.
José Alberto Gallardo señaló que uno de los retos a los que se enfrenta un dramaturgo es el de la poca difusión de sus obras, debido a que se dedica solamente a escribir, esperando a que otra persona le edite su texto y un director la ponga en escena, algo que ya no es válido en México y demás países.
Para finalizar invitó a los jóvenes escritores a cambiar esa situación, siendo más competentes a través de la preparación en otros terrenos del teatro como la dirección, la actuación y la edición, para ser ellos quienes abran su propio camino.