El escritor René Avilés Fabila y el poeta Dionicio Morales presentaron un análisis de la trascendencia de esta obra escrita por la profesora investigadora de la UJAT

Florentino J. García Alcudia
Rumbo Nuevo

Con estructuras contundentes a través de un lenguaje desenfadado e irónico que describe historias que se leen de una sentada pero se quedan en la cabeza del lector para siempre, la escritora Soledad Arellano Quintanar ha logrado con su libro de cuentos “Mujeres, amores y otras rarezas” convertirse en una revelación para la narrativa mexicana, coincidieron en señalar el escritor René Avilés Fabila y el poeta Dionicio Morales, al presentar esta obra durante el tercer día de la Feria Universitaria del Libro de Tabasco Internacional 2015.
Desde que hace tiempo conocí las historias de la maestra “Sol”, como le llaman con cariño sus amigos y alumnos, sabía que sus cuentos tenían la calidad necesaria para estar en una antología junto a los mejores escritores del género en el país, y que merecía encontrar sus lectores nacionales, señaló el director de Difusión Cultural y Extensión de la UJAT, Miguel Ángel Ruiz Magdónel, quien fungió como moderador en la presentación del libro editado por la Universidad Autónoma Metropolitana.
El análisis de René Avilés Fabila fue leído por el poeta Dionicio Morales, quien estuvo acompañado por la autora de libros como “Mujeres divinas… y otras” y “La Quinta Grijalva. Cien años de historia”, así como de la directora de la Escuela de Escritores de Tabasco José Gorostiza, Ana Livia Salinas. “El tomo merecía ser conocido, leído y apreciado porque en sus páginas hay historias que como señalaba Cervantes: deleitan y enseñan, historias forjadas con lecturas, cultura, e historias que tienen eco de la vida cotidiana”, citó.
El escritor Obed Pérez Saucedo comentó que el libro de Soledad Arellano es una invaluable aportación para la narrativa tabasqueña. “Sus historias son construcciones perfectas, la autora juega al gato escondido con finales de golpes delicados pero fulminantes. Pero finalmente, son ficciones donde uno puede refugiarse junto a mujeres y todas sus rarezas”. La escritora y periodista Ana Livia Salinas aceptó que la obra de quien considera su maestra, transmite con precisión lo que es para ella el arte de escribir: un vaso de agua al mediodía en Tabasco –que en estos días ronda los 37 grados a la sombra-, es decir, una necesidad.